Esta es la continuación del primer artículo que trata de la verdadera belleza de la mujer. Para esto nos basamos en Proverbios 31. En este capítulo una madre da consejos a su hijo de cómo debe ser la mujer ideal y cuáles son las verdaderas características dignas de alabanza.
4. No le teme al futuro
Es segura de lo que vendrá pues está segura de sus cimientos. No confía en ella misma, sino que pone sus angustias y sus preocupaciones en las manos de Dios. Se alimenta de su Palabra para que ningún viento pueda atacarla. En el versículo 25 dice que «Sonríe al futuro» (NVI), pues conoce que todo está bajo el control de Dios ¿Acaso tu lo crees o constantemente te preocupas sobre lo que pasará? Si es así estás poniendo todo sobre los hombros de una persona imperfecta: tú misma.
5. Es sabia
No solo sabe actuar con sabiduría, sino que piensa correctamente. Ella sigue lo que en muchos proverbios afirma qué es la sabiduría:
- Teme a Dios (le da reverencia y conoce de él) (Proverbios 1:7)
- Guía sus consejos en la Biblia y no habla por simplemente hacer sentir bien a alguien. Habla la verdad en amor y bondad.
- Calla y escucha. (Proverbios 13:3; 17:28)
- Busca consejo en otros (Proverbios 11:14)
- Viene con conocimiento (Proverbios 8:12)
- Sabe calmar el enojo (Proverbios 29:11)
- Es dócil, bondadosa, llena de compasión y BUENOS FRUTOS. (Santiago 1:5)
Abre su boca con sabiduría,
y hay enseñanza de bondad en su lengua. Proverbios 31:26 (LBLA)
7. Ama a Dios y e entrega completamente a Él
Todas las cualidades anteriores no significarían nada si esta última no fuera la primordial. Creo que la madre del rey Lemuel (a quien va dirigida esta carta) quiso cerrar con broche de oro y con lo más importante. Con la cualidad que es la causa de las demás, el motor dela mujer verdaderamente bella: su confianza e identidad en Dios. Es como un árbol, un roble firme en la tierra, que no le teme a nada pues sabe que su corazón está resguardado en el Autor de la vida.
Obviamente sabemos que es humanamente imposible alcanzar todas estas características pues siempre nos vamos a encontrar con una lucha en nuestro interior. Ora, lee la Biblia y memoriza algunos de estos versículos, para que cada día recuerdes que la obra la hace Dios. No te afanes, recuerda que es un proceso y todo tiene su tiempo.