Así que sigan mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo. 1 Corintios 11:1
Cuando nacen nuestros hijos son tantas las emociones que inspiran en nosotros: la alegría, el gozo, las ilusiones y cuando llegas a casa poco a poco descubres que ser padres es un gran privilegio, pero conlleva una gran responsabilidad. Ese día recibimos el título de padre o madre, pero también de maestros de vida.
La paternidad consiste en vaciarnos en nuestros hijos, lo hermoso y también lo que no sea tan agradable, con el pasar del tiempo veremos cómo nuestros hijos cada vez más se irán pareciendo a nosotros, porque imitaran lo que tú y yo vivimos.
El aprendizaje sobre todo cuando están pequeños comienza con la observación y esto continúa conforme van creciendo. La primera técnica para aprender es simplemente observar, por ello que importante es lo que hacemos y como lo hacemos.
El niño no aprende lo que los mayores dicen, sino lo que ellos hacen.
Baden Powell
Cuando nuestros hijos nacen es como si Dios nos hubiera entregado una masa moldeable, nuestras acciones y palabras diarias le van dando forma a esa masita. Te has preguntado cual es el modelo a seguir, quisiéramos que como Pablo habla de que imita a Jesús, que El es su Señor y maestro de vida, para después ser el un buen maestro para sus hijos espirituales, así Jesús sea nuestro modelo para forjar en nuestros hijos un carácter cristiano. Somos artesanos de nuestros propios hijos, como el cantautor Marcos Vidal expresa: ¨De un tiempo a esta parte hay dos lucerillos azules que me miran, no se si me persiguen o si me necesitan…¨.
Cada día de nuestra vida hacemos depósitos en el banco de memoria de nuestros hijos.
Charles Swindoll
Cuando nuestros hijos son pequeños nos persiguen porque nos necesitan, porque en gran medida dependen de nosotros, que hermoso seria que en la adolescencia y juventud nos sigan persiguiendo por decisión propia y porque nos aman y han decidido tomar nuestras convicciones de vida. ¿Estamos conscientes que nuestra vida se convierte en el primer referendo para nuestros hijos?, ellos nos miran todo el tiempo, en su primera fase somos sus héroes de carne y hueso que al pasar los años aunque conozcan nuestros errores y debilidades sigan manteniendo la honra a sus padres por amor y convicción.