La miel es el resultado de un proceso realizado por las abejas, que utilizan como materia prima el néctar que obtienen de las flores, de secreciones de partes vivas de plantas o de excreciones de insectos chupadores de plantas (áfidos), que lo mezclan con otros elementos menores y procesan. Durante la recolección del polen y el néctar de las flores, las abejas contribuyen a la polinización de los cultivos comerciales, mejorando los ciclos productivos y de las flores silvestres: de esta manera favorecen la biodiversidad ambiental.

La especialista en nutrición y dietética Sthefania Esparza Rendón detalla algunos de sus beneficios:

Nos provee antioxidantes: polifenoles que nos ayudan a atacar los radicales libres que aceleran la degeneración de las células.

Tiene propiedades antimicrobianas y antifúngicas: contiene peróxido de hidrógeno, que tiene propiedades antisépticas; pero sin duda es un remedio casero, ya que no provee una cura para una infección grave.

Ayuda a cicatrizar heridas: siempre y cuando sea una miel estéril y no comprada en el supermercado.

Ayuda al ardor de garganta y al tratamiento casero del virus de gripe común.

Efectiva para problemas gastrointestinales: es una ayuda en el tratamiento del Helicobacter pylori y es prebiótico, lo que significa que sirve de sustrato alimenticio a las bacterias buenas que viven en el intestino.