No puedo, sol@ no más. He agotado mis fuerzas y siento que todo es más grande que yo.
Se me acaban las ideas, las soluciones y las salidas.
Y me quedo aquí, postrad@ tantas veces.
Me rindo, mis talentos no alcanzan, mis ideas no son suficientes, me hace falta mucho más.
Entiendo ahora mismo a que te referías Señor, cuando decías que tú te fortaleces en mi debilidad, ¿podrías hacerlo?
Me duelen los brazos, estoy cansad@, mis rodillas se quebraron y el corazón me late más fuerte que de costumbre.
Ya no quiero fingir que puedo con todo, me rindo.
Es ahora cuando quiero soltar la toalla, pero delante de ti, para tomar de tu mano consuelo, alivio y fuerzas.
Para beber un poco del agua viva que prometes darme; cobijo y sombra para este camino.
Me rindo, porque sé que puedo caer rendid@ a tus brazos y confiar en que jamás será en vano. Me rindo, y te rindo todo cuanto soy, cuanto tengo y cuando podría ser.
Hazlo tú, al fin me rindo, te entrego y me entrego.
Al fin.