En esta esquina, con un peso de muchas libras están…¡ Tus padres!

En la otra esquina, pesando menos libras por obvias razones están… ¡tus amigos!

¡Que comience la pelea!

Tus padres se aproximan a tus amigos diciendo que no puedes salir todo el tiempo. ¡Punch! Pero tus amigos se recuperan del golpe y dicen que… ¡ tus padres son viejos y anticuados! Golpe bajo, ofendieron a tus padres pero quieres dar la razón a tus amigos ¡Qué difícil situación!

Desde pequeños nos han enseñado que debemos ser obedientes con nuestros padres, pero se vuelve tan difícil en la adolescencia cuando te dicen que no puedes ir a la fiesta en la que estarán todos tus amigos.

Es molesto obedecer cuando te dicen que debes quedarte en casa. Mientras tanto uno de tus amigos te envía un mensaje a tu teléfono y te dice que deberías salir de tu casa, que tus padres son viejos y están locos. Lo piensas un poco, parecería que si están exagerando un poco, deberían darte más permisos para salir porque tus amigos quieren que salgas más tiempo con ellos.

Es incómodo obedecer a tus padres cuando te dicen que dejes de hacer algo que ellos consideran malo para ti, desde fumar hasta cosas más triviales como morder tus uñas. Al mismo tiempo tus amigos te dicen que «un cigarro no te hará mal, sólo es uno», a veces te dicen que la vida es una sola y debes disfrutar. La voz de tus padres contra la de tus amigos.

Viví lo mismo que tu en varias ocasiones, y con pasar de los años (y con el riesgo de sonar como un abuelo) confirmé que la voz de mis padres era más importante que la de mis amigos. Obedecer a nuestros padres es molesto, incómodo, difícil y aburrido en muchas ocasiones, pero también es bueno, sabio, prudente, porque ellos han vivido más que nuestros amigos, lo dicen por nuestro bien.

En la pelea Padres vs. Amigos… ¿a quién apoyarás?