Hay una época en la vida de tus hijos en la que ven una película ¡más de cincuenta veces y no se cansan de verla! Una y otra vez, hasta aprenderse el diálogo de los personajes y todas las canciones y nosotras… ¡aburridas de escuchar lo mismo tantas veces!

Siempre pienso que no soy una mamá que se divierte mucho, quizá la responsabilidad y el ejemplo de mi mami me hace ser así. Debo garantizar que la ropa de todos en casa esté limpia, doblada y guardada. Además de tener en orden los cuadernos de mis nenas, el dormitorio y sus juguetes, ocupan uno de los primeros lugares de mi lista de cosas pendientes por hacer en casa. Pero… ¿el tiempo de descanso y de disfrutar en familia? Tú y yo necesitamos descansar de todas las tareas del hogar para pasar un tiempo con quienes amamos y nos necesitan.

El tiempo que pasamos con nuestros hijos nos permiten afianzar los lazos familiares porque estamos juntos. Mirar una película, es un tiempo en que podemos aprovechar para descansar un momento, hablar con los niños, aconsejarles, reírnos un rato y comer juntos mientras vemos la tele con una fruta picada, canguil o un chupete, simplemente juntos pero dejando huellas imborrables en sus mentes.

Yo siempre quiero tener una enseñanza cristiana en una película o en la televisión, no siempre va a suceder así, pero es lo que busco.

Ahora, te comparto algunas de mis películas favoritas, que me han permitido sacar cosas positivas, quizá en tu casa han aprendido cosas diferentes a estas, puedes compartirlas conmigo, por favor.

  • Toy Story: Sin duda aprendemos sobre la amistad, el trabajo en equipo, el aceptar a otros en un grupo. Al leer mis artículos, seguro te estás haciendo una imagen de mi y pensarás que soy un poquito exagerada, pero en verdad que después de esta película les comenté a mis nenas sobre el cuidado a los juguetes, no para que no jueguen con los mismos, si no que cuando pase el tiempo y ya no quieran esas ollas, esa cocina o esas muñecas, pueden servir para regalar a otros niños que no tienen juguetes para llevar a la sala cuna de la Iglesia y los niños que los reciban van a querer jugar con ellos y deben estar limpios, sin rayones y funcionando.
  • Bailarina: Puedes desafiar a tus hijos que todo debemos hacerlo con pasión y con el corazón. Obviamente en esta parte incluyo los dones y talentos que Dios nos ha dado, el plan que Dios tiene con nuestras vidas porque fuimos creados con un propósito.
  • Canta: Casi el mismo mensaje que Bailarina, te motiva hacer lo que le gusta a cada persona. Analizo cada personaje: a pesar de la timidez de la elefantita “Meena”, ella logró presentarse en público, aquí una recomendación y es que debemos tener cuidado con la comparación porque no vamos a decirles a nuestros hijos: “mira ella pudo, para ti será fácil”, ese fácil puede dañar el autoestima de tus hijos porque si no lo logran, ellos pueden pensar que sin es tan fácil, ellos son incapaces de hacerlo. Debemos tener un tino supremo para afirmarlos con nuestras palabras. En esta misma película, tuve temor cuando el esposo de la cerdita “Rosita” fue a mirar su presentación porque la hacía con otro cerdito, yo solo pensé: ¡no puede ser, estoy perdida, ¿cómo voy a explicar esto?! Pero luego un suspiro, la cerdita abrazó a su esposo luego de la presentación.
  • Cars: Lo que rescatamos es que el Rayo McQueen era muy orgulloso y por eso tuvo que hacer muchos trabajos para salir a la competencia donde era el favorito, es una excelente oportunidad para hablar del orgullo, de lo que Dios hará con los orgullosos y lo que no le agrada de ellos.
  • Intensamente: Si has visto esta película, seguro que has llorado, pero es increíble ver cómo es la mente de una persona, y la gran responsabilidad que nosotros como padres tenemos en nuestros hijos de crear recuerdos que perduren, los mismos que les hagan volver a casa cuando estén lejos, porque es el hogar su lugar seguro.
  • Buscando a Dory: Por supuesto que afianza a la familia, el lugar seguro donde podemos regresar una y otra vez, es donde siempre estaremos esperando a nuestros hijos. Otra película en la que es imposible no llorar, ¿verdad? Recordando a nosotros mismos, cuando fuimos adolescentes quizá se nos pasó el tono de la voz con nuestros padres y ellos siempre permanecieron ahí para corregirnos y para darnos ese abrazo de perdón.

Una cosa que nunca debemos dejar de hacer es conversar después de las películas porque pueden haber cosas que como padres nos llamaron la atención, no nos gustaron. Es ahí donde tenemos espacio para llevarles a meditar sobre lo que es coherente con nuestros principios y valores.