Limpieza facial: Según muchos dermatólogos, la limpieza con aceite es un método eficaz de limpiar en profundidad los poros, tonificando e hidratando al mismo tiempo. Es conveniente mezclar el aceite de ricino con un aceite más ligero, como el aceite de albaricoque, de oliva o de jojoba y masajear la piel de la cara haciendo círculos durante un par de minutos. Los ácidos grasos del aceite de ricino disolverán los restos de grasa y suciedad causantes de los puntos negros y el acné. Para retirar el aceite usaremos un paño suave de microfibra, mojado en agua tibia, escurriremos el exceso de agua y lo aplicaremos sobre el rostro sin frotar, con suaves toques. Esto ayudará a eliminar el maquillaje, la suciedad y todas las sustancias que contribuyen a obstruir los poros.
Hidratante y antiarrugas natural: El aceite de ricino es rico en vitamina E y ácidos grasos, que penetran profundamente en la piel y estimulan la producción de colágeno y elastina, que suavizan e hidratan la piel. Esto ayuda a retrasar los signos de envejecimiento, arrugas, manchas y las líneas de expresión de los ojos y le da a la piel una apariencia más suave y joven. No conviene abusar porque se trata de un aceite muy rico, con un par de gotas nos bastará para toda la cara. El aceite de ricino es un importante componente de muchas cremas y lociones cosméticas por sus excelentes propiedades anti envejecimiento y generalmente lo encontraremos en la composición bajo el nombre de “castor oil” y aunque el nombre pueda llevar a confusión este aceite no tiene nada que ver con estos simpáticos animales.
28mar_mejorar_ricino_foto4Anti-acné: El ácido ricinoleico del aceite de ricino reduce la inflamación y ayuda a combatir las bacterias que causan el acné. Para tratar el acné con aceite de ricino, primero debe lavarse la cara con agua tibia para abrir los poros y luego aplicar el aceite sobre las áreas problemáticas. Dejar actuar toda la noche y lavar a la mañana siguiente. Sin embargo, se debe tener cuidado de no usar demasiado aceite ya que esto podría causar el efecto contrario al deseado: obstruir los poros y crear más problemas para la piel.