En una ocasión escuché la historia del abuelo que estaba junto a su nieto en el jardín de la casa. Miraban las flores, podaban las plantas, y entre las ramas encontraron un capullo de mariposa. El abuelo le explicaba al pequeño que un día cercano ese capullo se empezaría a abrir y verían a la oruga convertida en mariposa. Desde ese día, el niño cada día iba al jardín, hasta que una mañana sucedió: el capullo se empezó a abrir. Con esfuerzo la mariposa trataba de abrir un espacio para desplegar sus alas.
El niño, mirando el esfuerzo que hacía, decidió buscar un cuchillo en la cocina y cortar un poco el capullo, así ayudaría a la mariposa a salir. Hizo un pequeño corte por el cual la mariposa pudo salir, pero no abría sus alas. El niño se preocupó y fue a buscar a su abuelo. Él le contó que la mariposa fortalece sus alas al momento de abrir el capullo, y que al impedir ese esfuerzo, nunca logró tener la fuerza suficiente en sus alas para volar.
¿Cómo obtenemos victorias cuando evitamos las batallas? Solo conocemos un ganador después de que ha competido, no antes. Si quieres celebrar, debes luchar.
- Lucha contra la comodidad
- Lucha contra tus miedos
- Pon límites a tu familia y toma las decisiones que te corresponden
Cuando papá o mamá luchan por ti, hacen lo que a ti te corresponde, en lugar de hacerte un bien, te impiden crecer.
Todos aquellos que admirados y han hecho las cosas bien, vivieron procesos. Se esforzaron, lucharon, lloraron, tuvieron que sacrificar algo para estar donde están o conseguir lo que tienen.