No reventar las ampollas durante el proceso de cicatrización independientemente de si se trata de quemaduras leves o quemaduras graves, pues se podrían producir infecciones.
No despegar la piel durante el proceso de pelado ni la que se sujeta a las ampollas cuando se están abriendo.
No aplicar hielo ni ungüentos sobre la quemadura especialmente si esta es grave y todavía se encuentra en proceso de cicatrización.
Envolver a la persona en llamas en una manta o sábana para apagar el fuego hasta que lleguen los servicios de emergencia.
Aplicar agua sobre la zona quemada o sumergirla por completo si no existen heridas abiertas y la piel no es está desprendiendo.
Para las quemaduras leves puede utilizarse el paracetamol o el ibuprofeno para frenar las molestias de los procesos inflamatorios. No utilizar aspirina.
No quitar las ropas ni despegar los pedazos de tejidos que pudieran quedarse adheridos a la piel.
Levantar la zona quemada por encima del corazón para facilitar el riego sanguíneo.
Proteger la zona quemada de raspaduras y presiones colocando una apósito estéril si fuese necesario.
Acudir al médico o centro de salud si son de tercer grado, en la mayoría de segundo grado también lo requiere. Si son mayores que la palma de una mano o afectan a áreas de la cara, cuello, ojos, manos, ingles o zona íntima.
También hay que acudir si presentan signos de infección, no cicatriza en 10 o 14 días, o incluye ampolla llena de líquido, amarronado y verdoso.