Hace unos días vi algo que me dejó asombrado. Se trataba de dos hombres que estaban limpiando las ventanas de un edificio.  Ambos usaban cascos y colgaban de una cuerda. Pero lo que me impactó fue como se balanceaban de un extremo a otro para limpiar toda la ventana. La pregunta que saltó a mi mente fue: ¿Su trabajo reúne todas las condiciones de seguridad?

Desde el punto de vista de la ergonomía seguramente no. Para explicar este raro nombre daré un ejemplo.  Seguramente has escuchado decir: el asiento de conducción tiene buena ergonomía.  Esto quiere decir que dicho asiento está adaptado a las condiciones del usuario. Gracias a la ergonomía, el uso de las máquinas, muebles y utensilios están adaptados para que la persona que lo va a usar tenga mayor comodidad y eficacia.

Ahora, esto me lleva a considerar lo que dice la palabra de Dios. Y me refiero al consejo que da Pablo a los cristianos de Éfeso. En el capítulo 6 Pablo habla sobre la responsabilidad de amos y siervos.  Poniéndolo en nuestro contexto sería el empleado y el empleador.

Pablo pide a los trabajadores que hagan su labor con responsabilidad y con entusiasmo como si lo hicieran para el Señor.  Y lo mismo pide a los empleadores y añade que no amenacen a sus trabajadores porque todos tenemos un solo Amo que está en el cielo y no tiene favoritos.

Por lo tanto, implementemos aquellos cambios que ofrezcan seguridad, eficacia y un buen ambiente para desarrollar nuestras habilidades y las de aquellos que están a nuestro cargo, recordando que todos somos siervos de Dios.