Ese viernes, el tiempo iba cada vez más lento, la espera se hacía cada vez más difícil. Estaba ansioso y asustado, me había preparado casi un año para esa competencia. Toda mi familia estaba presente, estaba obligado a hacer un buen papel ya que es probable que haya presumido un poco sobre mis habilidades corriendo. El momento de la verdad llegó, sonó el silbato y 15 chicos salimos disparados a toda velocidad, mientras las vueltas pasaban, me decía a mi mismo “David lo estás haciendo bien, tres vueltas más y se acaba”.Iba en segundo lugar y un fuerte dolor en mi pierna izquierda hizo que me detuviera, instantáneamente se me entumeció el pie, calambre, grité mientras miraba como todos los demás chicos se acercaban a la meta. Me levanté y terminé la carrera cojeando y en último lugar, estaba muy triste y decepcionado de mi, me dije que eso no es lo mío, y por mucho tiempo dejé de correr.Este momento de mi vida, aparentemente frívolo, me ayudó a entender que muchas veces el esfuerzo que realice para conseguir una meta no es proporcional con el resultado, me costó tiempo entender que el fracaso va a ser parte de mi vida y que eso no me define, sigo aprendiendo a amarme a pesar de mis errores y desaciertos, que por cierto son muchos.Estos son algunos concejos, versículos y anotaciones que me ayudan a practicar el amor propio y que pueden ayudarte.
- No insistir en cambiar las cosas que no podemos hacerlo, es maravilloso quitarse ese peso de encima.
- Entender que no siempre podemos tener el control de todo.
- Fracasar está bien.
- Quejarse menos: estamos muy ocupados pensando en las cosas que nos faltan y en nuestros fracasos, que nos olvidamos de todo lo bueno que nos pasa.
- Pensar en todos los aciertos que hemos tenido.
- Ser pacientes con nosotros.
- La siguiente frase me ayuda mucho cuando quiero tirar todo por la borda: “Dios dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia”. No se donde escuché esta frase, no es mía.
- Filipenses 4:13 Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas. Este versículo me recuerda que Dios nos creo con una gran cantidad de Resiliencia (capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversa).
- 1 Juan 4:19 dice: Nos amamos unos a otros, porque él nos amó primero.