El tomillo posee propiedades antioxidantes y antisépticas. Rico en flavonoides, vitamina C, hierro y magnesio. Estimula el apetito y también es empleado como expectorante. Su acción antiséptico hacía que en la antigüedad fuera utilizado para tratar heridas. También es bueno para tonificar la piel y el cabello.
A continuación detallamos algunas formas en las que puedes utilizar el tomillo, dependiendo del problema que necesites tratar: · La planta seca, para preparar infusiones o decocciones. Basta una cucharada sopera rasa de la planta por cada taza de agua. Se hierve de 1 a 3 minutos, se deja reposar y se filtra. Muchas veces te convendrá combinar tomillo con otras hierbas con las que se complementa o que refuercen determinada acción terapéutica.
· La decocción (más concentrada que la infusión simple) para aplicarla en forma de baño parcial o lavado, o para empapar compresas en aplicación tópica. · La decocción isotonizada –depurada– para aplicar en colutorio o gargarismo, o bien para los colirios y masaje del entorno ocular.
· La decocción para emplearla en instilaciones nasales o inhalaciones en caso de congestión respiratoria.
Fórmula para la bronquitis y la gripe, con tos irritativa
Ingredientes:
Tomillo, amapola, malvavisco y anís verde. 20 g por planta.
Preparación:
Separas una cucharada sopera rasa de la mezcla a partes iguales de las plantas elegidas por cada taza de agua. Lo dejas hervir 2 minutos, lo mantienes en infusión, reposando con tapa unos 10 minutos más, y lo filtras.
Dosis:
Puedes tomar dos o tres vasos al día, endulzados con miel.