En el día de San Valentín las parejas aprovechan la ocasión para expresar su amor a la persona amada regalándose flores, chocolates, tarjetas, cenas románticas y un sinnúmero de otros detalles.
Es una de las ocasiones en las que los que no tenemos pareja, podríamos sentirnos excluidos y tentados(as) a pensar que no somos dign(o)s del amor de un hombre o una mujer.
No obstante, más y más las celebraciones del 14 de febrero incluyen la palabra “amistad” por lo que los excluidos podemos agradecer por los amigos que Dios ha puesto en nuestro camino y también expresarles nuestro cariño.
Hay una canción de Alex Campos titulada, Tu amistad me hace bien y en uno de los versos dice:
Es ese brillo que alumbra el camino. En mi camino estarás mi amigo.
Al reflexionar sobre los amigos y amigas que Dios ha puesto en mi camino puedo decir que ellos han alumbrado mi vida con el brillo de su amistad verdadera de diferentes maneras:
- Me ayudaron a levantarme cuando atravesaba una gran pérdida en mi vida
- Han orado fielmente por mi
- Me han abrazado y me han dicho que todo estará bien
- Me han obligado a descansar y cuidar mi cuerpo
- Me han dado momentos de mucha risa y alegría
- Me han escuchado y dado ese consejo que necesitaba
- Me han acercado a Dios
- Me han incentivado, inspirado y desafiado a hacer lo mejor para mi vida.
Al hacer un inventario de lo que mis amigos me han dado, solo puedo dar gracias a Dios porque a través de ellos, Él me ha mostrado su gran amor, misericordia y protección.
Estas amistades cercanas y profundas se han fundamentado en el amor genuino, compromiso y respeto del uno al otro. Han prevalecido a pesar de las distancias, y se han fortalecido al compartir la misma fe.
He sido bendecida y fortalecida con amistades verdaderas y mi anhelo es que Dios me use para ofrecer a otros una amistad que les haga bien, como dice la canción.
“Un amigo es siempre leal, y un hermano nace para ayudar en tiempo de necesidad” Proverbios 17:17