Sí, aunque no lo crean, ¡hay al menos 10 cosas que pueden aprender de nosotros!
Primero que todo agradezco a Mariqui Atiaga, Jenny Wang, Jillian Parsons y Danny Erazo por su ayuda. Son bellas amigas, muy sabias, y sin ustedes no podría ni tratar de pensar como mujer para escribir éste post.
Gracias por su ayuda invaluable.
1) Compartimentar
Es una palabra extraña que significa no mezclar las cosas. El cerebro de las mujeres es un plato de espaguetis, todo está unido y mezclado y todo afecta todo. El cerebro del hombre es como un clóset, cada cosa está en su cajita, la abres, la cierras, no pasa nada.
En ocasiones suceden cosas molestas, accidentes, y a la mujer la afecta el resto del día, en todo, desde el trabajo hasta tratar con su esposo y más. Es bueno aprender que cada cosa tiene un tiempo y un lugar correcto y tratar de no mezclar ni dejar que lo uno afecte lo otro.
2) No ofenderse
Los hombres hemos desarrollado un radar y un instinto de huida para las situaciones de conflicto a causa de esto.
Si digo que me gusta la sopa de mi mamá, no estoy diciendo que la tuya no. Tampoco cuando digo que estás bonita hoy significa que ayer no. No todo lo que diga es ofensivo. Es más, si el gremio me permite representarlos, el 99% de las veces que decimos algo ofensivo es por ignorantes, no con intención. Pero hay un instinto en las mujeres a sobre analizar las cosas (siguiente punto) y causa que se ofendan por todo y por nada. Hay una solución. Hablemos de eso, por favor, no hace falta más. Si me dices «Cariño cuando dices eso me hace sentir o pensar que…» entonces voy a poder responder, defenderme y denostar que no es así”.
3) Pensar menos
En esto somos expertos, así que créannos cuando hablamos de cómo pensar menos.
Cuando veas a un hombre «colgado», mirando al espacio con una expresión completamente neutra en la cara pregúntale «¿En qué piensas?» y te apuesto $100 que la respuesta será «Nada». Aunque parezca raro, los hombres podemos pensar en nada. Es más, aparte de los cocodrilos, somos los mejores ahorradores de energía, no nos movemos y ni pensamos más de lo necesario.
No toda situación debe ser una dramática novela asiática. A veces las cosas suceden y simplemente hay que seguir y olvidarse de eso. No siempre hay que magnificar los problemas poniéndoles atención. En ocasiones es bueno olvidarse de ellos como si no hubiesen sucedido.
4) Ser directo
Aunque los hombres somos a veces toscos y descontextualizados, podemos ser muy directos y eficientes en las conversaciones.
Chicas, no hace falta una novela en tres partes para pedir un informe. Ni es necesario que preguntes sobre mi novia, mi hijo, mi hermana, mi perro, mi gato, el gato de mi abuela… Puedes solo pedirlo y no hay problema. Incluso en ocasiones leer tanto o escuchar tantas anécdotas y preguntas puede ser agotador. Sé directa y concisa, los hombres lo valoramos mucho.
5) Estar satisfecho con su apariencia
Es increíble que algunos hombres, siendo tan feos, estemos tan felices con nuestra apariencia. En el espejo somos todos George Clooney. Yo sé que la desigualdad en este punto es culpa de la sociedad en gran parte, pero no significa que no podamos luchar contra eso.
Un segundo de terapia. Mujeres digan todas conmigo: «Soy hermosa». Listo, eso todo lo que necesitan saber.
Lo han visto mil veces en los hombres, lo más importante para verse bien es la confianza. La confianza en uno mismo es más atractiva que un cuerpo esbelto, labios gruesos o un busto enorme. No necesitas de eso para ser bella. Si nosotros, con pelos saliendo de todo lado donde no debería, físico de Pedro Picapiedra y rostro más feo que el hambre, podemos mirarnos al espejo por la mañana y no llorar, entonces ustedes pueden estar felices y contentas con su apariencia.