Hombres y mujeres tenemos diferentes perspectivas sobre un mismo punto, y hoy me he animado y atrevido a escribir tres consejos para nuestras amigas lectoras. No lo hago desde un lugar de especialista sino como un amigo, como hijo, como hermano.
Inténtalo aunque te critiquen
Sé que este consejo puede leerse muy motivacional, pero no es a lo que me refiero. Hubo una época en la que las mujeres no votaban, no les dejaban estudiar, tampoco podían trabajar ni correr maratones. ¿Por qué ahora lo hacen? porque alguien lo intentó y perseveró a pesar de las críticas. Tu esfuerzo y lucha de hoy puede traer libertad para otras mujeres en el futuro.
Valora tu feminidad
Hace ya algunas décadas que la revolución femenina viene en marcha, y varios grupos han radicalizado la lucha y hacen ver que la igualdad es llegar a ser como el hombre, tener los mismos privilegios e incluso vestirse como hombres sin ser cuestionadas.
Valora tu feminidad porque Dios te hizo especial y diferente. Sea que te pintes o no, uses falda o jeans, te vistas de color negro o rosado, valora eso. No tienes que vestirte como hombre para ser escuchada ni así lograremos un cambio profundo. Usar falda no te hace menos mujer ni usar pantalón te hace más libre.
Muchas mujeres piensan que verse «varoniles» es luchar por igualdad y convierten esta lucha en igualitarismo. Si para ti ser mamá es parte de tu feminidad, no te sientas mal por disfrutarlo. Si tu alegría es ayudar a otras personas como soltera, sigue haciéndolo.
Tu realización no está en lo que otros dicen
Una amiga me contaba sobre la presión que ejercen otros para que tenga hijos. No entienden que ella se casó porque quería compartir su vida con el hombre que ama, más allá de si podían o querían tener bebés.
Muchos dicen que una mujer está plenamente realizada cuando es mamá, y no es cierto. Según esa idea, las mujeres solteras están en pausa y las adultas solteras están incompletas, y no es así, nuevamente.
Tu realización está en caminar de la mano con Dios. Si puedes o no tener hijos, no es algo que te hará más o menos mujer. Puede doler no cumplir una meta pero Dios tiene algo más. No eres más mujer por quedarte en casa y no salir a trabajar, eres mujer a imagen y semejanza de Dios y él te acompaña en cada etapa.