La venganza parece atractiva, pero en realidad es una prisión.
En el capítulo 11 del libro Saldrás de Esta, Max Lucado dice: “La venganza constituye una casa solitaria. Espacio suficiente para una persona.” Quien vive con el deseo de ajustar cuentas queda atrapado en un cuarto oscuro donde la amargura se convierte en su única compañía. Las vidas invadidas por la amargura “se ven reducidas a una sola meta: hacer a alguien desdichado. Y lo son. Ellos mismos”, como lo afirma Max.
La Biblia nos advierte de este peligro:
- “Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos” (Hebreos 12:15). La venganza parece dulce; sin embargo, su verdadero sabor es amargo y envenena el corazón.
Dios nos muestra un camino diferente, que al principio puede parecer difícil, pero que en realidad nos libera de ejercer venganza sobre quienes nos lastimaron. Max afirma: “El perdón no merma la justicia; lo delega a Dios. Él garantiza la justa retribución.” Ajustar cuentas con quienes nos agredieron no es nuestro trabajo; ese es terreno exclusivo de Dios. A nosotros nos corresponde soltar, confiar y perdonar. De lo contrario, solo “le damos lugar al diablo” (Efesios 4:26-27).
Max advierte: “El enojo concede terreno al diablo”, y añade: “No le des ni siquiera un día. En el nombre de Jesús, dile que empaque sus cosas y se largue.” No centres tu vida en lo que otros te hicieron, sino en lo que Cristo hizo por ti.
Estoy de acuerdo con lo que Max afirma en este capítulo: “Cuando se trata del perdón, todos somos principiantes. Nadie posee una fórmula secreta. En la medida en que estás tratando de perdonar, estás siendo perdonado.” El perdón es un estilo de vida que nos libera de la venganza y nos impulsa a confiar en que Dios pagará conforme a su justicia santa. Confía en Él: en Dios encontrarás la paz que tu alma anhela.
Sigue en vivo nuestro Club de Lectura todos los Martes en 1, 2, 3 la mañana con impulso.
