1. Alfalfa germinada: Los brotes contienen cerca de 1 mg de hierro por cada 100 g, y 8,20 mg de vitamina C, que favorece la absorción del hierro no hemo de origen vegetal.
  1. Avena: Unos 100 g aportan 4,7 mg de hierro, con lo que supera a la carne, que está en torno a los 3 mg. Una taza aporta el 60% de las necesidades diarias de este mineral.
  1. Higos secos: La mayoría de sus nutrientes están muy concentrados: 100 g aportan 2,23 mg de hierro, frente a los 0,37 mg de los higos frescos. Cinco piezas cubren el 10% de las necesidades diarias.
  1. Kiwi: Su alto contenido en vitamina C (98 mg/100 g) mejora significativamente la absorción de hierro.
  1. Lentejas: Una fuente muy buena de hierro (9 mg/100 g), aunque al ser de tipo no hemo (vegetal), deben ingerirse con alimentos ricos en vitamina C. También aportan grandes cantidades de nutrientes que propician la formación de hematíes, como los folatos (215 mcg/50 g) y el cobre (0,425 mg/50 g).
  1. Levadura de cerveza: Actúa como un multivitamínico natural, ya que contiene gran cantidad de minerales y oligoelementos, proteínas de alta calidad biológica y todas las vitaminas del grupo B. Se puede encontrar enriquecida con vitamina B12.
  1. Miso: Las diversas variedades de miso que existen son ricas en hierro. El hatcho miso es la variedad más indicada si se tiene anemia (7,1 mg de hierro/100g).
  1. Pistachos: Una buena fuente de hierro (6,78 mg/100 g) y cobre (1,2 mg/100 g), dos minerales que al combinarse tienen un efecto antianémico superior al de un preparado farmacéutico de hierro solo.
  1. Remolacha roja: Su alto contenido en hierro (1,80 mg/100 g), vitamina C (30 mg/100 g) y folatos (109 mcg/100g) le otorga una gran acción antianémica. Estimula la producción de células sanguíneas en la médula ósea (hematopoyesis).
  1. Alga chlorella: Es la única fuente vegetal de B12 fisiológicamente activa: 0,6 g de chlorella o 3 comprimidos de 0,2 g aportan 4 mcg de B12, la dosis diaria de mantenimiento. Si hay anemia, se debe triplicar la ingesta.