Cuando una persona adquiere el virus, algunos de los síntomas más comunes son los cambios en el gusto, la falta de apetito o el malestar corporal”
Para ellos y para los que están contagiados y sí tienen hambre, la primera recomendación es escuchar al organismo, en cuanto a los mejores momentos para comer. En cuanto a qué consumir, se aconseja:
- Los alimentos con alto contenido de vitamina C son muy importantes, pero en frutas enteras, con su fibra, no en jugos: kiwi, naranja, toronja y mandarina.
- Tomar abundante líquido y tener un tomatodo con agua a la mano, “porque no vamos a tener mucho ánimo de levantarnos solo para beber agua”.
- Usar suplementación. Los infaltables, según Ramírez, son vitamina D y C, magnesio, NAC, zinc, selenio y melatonina.
¿Y en los momentos en que el cuerpo simplemente no quiere hacer nada? El ayuno intermitente (supervisado) podría ser una gran estrategia de recuperación, así como el descanso profundo (dejando los ejercicios a un lado por un tiempo), el grounding (caminar descalzo sobre hierba, tierra o arena) y la exposición al sol.