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CRISTIANISMO TÓXICO: LA DOBLE CARA DEL CRISTIANO

CRISTIANISMO TÓXICO: LA DOBLE CARA DEL CRISTIANO

Lobos rapaces vestidos de ovejas. (Mt 7:15)

Sepulcros blanqueados. (Mt 23:27)

¡Serpientes, generación de víboras! (Mt 23:33)

Imagina que dijeran eso de ti. Peor aún, imagina que Jesús dijera esto de ti: el Príncipe de Paz, el hijo de amor que murió por la humanidad. ¿Quién puede hacer surgir en los labios de Cristo estas palabras como dardos afilados? – Los hipócritas.

Cuando pensamos en hipócritas, como cristianos, inmediatamente, pensamos en los fariseos. En nuestra mente se forma una imagen maquiavélica de hombres que enriquecen sus bolsillos y se ríen de los desdichados que logran engañar para su propio beneficio. Es cierto, que muchos eran así. Pero más cierto es que la verdadera imagen de la hipocresía no siempre está en los fariseos de hace 2.000 años. El rostro de la hipocresía lo vemos cada domingo en la iglesia. Nos saluda afectuosamente mientras entramos. Nos dirige en canciones y toca los instrumentos de manera hermosa. Nos lidera en oración y nos enseña sobre la palabra de Dios. Se sienta a nuestro lado y es nuestro amigo, nuestro hermano. Pero más que todo esto, la cara de la hipocresía la vemos todos los días en el espejo.

Cristianismo Light

Muchos recordarán cuando las bebidas bajas en azúcar salieron al mercado y empezaron a ser populares. Todo llevaba la palabra light, zero o diet al final. Nos vendieron la idea de tener los mismos beneficios del producto original (sabor) sin tener las consecuencias negativas de algunos ingredientes como el azúcar. Pero como dice la sabiduría popular “si parece demasiado cierto para ser real, entonces lo es”. Años después salieron estudios comprobando que los edulcorantes no calóricos realmente pueden ser nocivos para la salud. En grandes cantidades puede ser incluso peor que el producto original.

Así es el cristianismo light. Promete que puedes seguir a Jesús, pero seguir disfrutando de lo que hacías antes. Puedes ir a la iglesia, pero puedes salir a tomar con tus amigos. Puedes publicar versículos cristianos en tus estados, y puedes seguir acostándote con tu pareja sin estar casados. Puedes decir que amas a Jesús, pero puedes subscribirte también al horóscopo, la ley de la atracción, el misticismo ancestral, etc. El cristianismo light, te vende gato por liebre. Si no es Jesús; 100% Jesús, entonces no es el Evangelio.

Nos subscribimos a esta corriente de pensamiento incluso sin pensarlo. La gente no estudia la palabra, no se preocupa por buscar a Dios, no busca corregir y renovar su pensamiento con la Palabra. Por eso nunca nos damos cuenta de que lo que hacemos está mal. El ser humano tiende naturalmente a la hipocresía, es parte de nuestra naturaleza de pecado. Si no estamos continuamente renovando nuestras mentes y enfocándonos únicamente en el evangelio de Cristo, vamos a dejarnos engañar por corrientes que nos alejan de Dios. Como la parábola de los cimientos en Lucas 7. Todo lo que no es Cristo es como arena. Solo Cristo es la roca firme, y si construimos nuestras vidas sobre algo que no sea completamente Cristo, se va a derrumbar eventualmente. La arena va desapareciendo y nuestra vida se derrumba. La hipocresía nos dice que podemos tener a Cristo y a la vez una vida que no lo refleja a Él. La hipocresía nos vuelve tontos (sin ánimo de herir susceptibilidades) .

Hipocresía en la Iglesia

Creo que podemos dividir las hipocresías del cristiano en 2 grupos. Aquello que ocurre dentro de nuestras comunidades cristianas y aquello que ocurre fuera de nuestras iglesias. Lo que nos afecta como hermanos y lo que afecta el testimonio de la iglesia. Lo interno y lo externo.

Interno

La hipocresía interna de la iglesia se manifiesta de dos formas: no hacer lo que predicamos y juzgar a los demás siendo iguales o peores. En la iglesia no suele faltar ninguna de estas dos manifestaciones. No importan qué tan grande o pequeña sea la congregación siempre habrán chismes, palabras necias, sospechas y mentiras. Santiago nos habla mucho sobre la lengua y el poder de las palabras.

Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

Santiago 3:9-10

Hace 2.000 años lucharon con esto y hoy en día también. Santiago es muy claro: no debe ser así. Cuidemos nuestra lengua. La gente bendice a Dios y maldice a la gente con la misma boca. ¿Cómo estamos usando nuestra boca? Como cristianos no debemos ser así.

Otro problema es que damos una falsa apariencia de quienes somos. Un fenómeno extraño es que cuando los cristianos entran por las puertas de su iglesia de repente les crecen alas, les sale un halo sobre su cabeza y comienzan a flotar sobre el piso. Todos nos volvemos tan santos como los ángeles. Pero tan pronto salimos por esas puertas, botamos el halo al piso y nos parecemos más a los ángeles caídos.

Ponemos una pantalla de cristianismo, una apariencia, una máscara. De hecho, la palabra hipocresía viene del griego “actor”, literalmente significa ponerse una máscara. Muchos cristianos creen que con aparentar algo que no son, es suficiente. Tristemente ninguna apariencia falsa dura para siempre y el engaño eventualmente se descubre. No puedes “falsearlo hasta lograrlo”.

Hace poco una amiga me contó que de joven tuvo una gran amistad con una familia misionera. Eran casi como familia. Un día viajó a su país y decidió saludarlos, pero la trataron de la peor forma, casi como a una delincuente. ¿Dónde quedó el amor de Cristo? ¿Dónde quedó el corazón del misionero? Eso no puede suceder entre nosotros. No podemos ser una persona en la iglesia y en el campo de misiones y otra persona completamente diferente en otros ámbitos.

Exterior

Fuera de la comunidad cristiana también demostramos hipocresía y es una de las cosas más dañinas para el testimonio de Cristo. He perdido la cuenta de cuántas personas me han dicho que no creen en la Biblia o en Cristo por culpa de la hipocresía cristiana.

Me gusta su Cristo; no me gustan sus cristianos. Los cristianos son tan diferentes a su Cristo. Mahatma Ghandi

Cuando proclamamos el amor de Jesús con nuestra boca, pero nos damos vuelta e insultamos a las personas, no es ser como Cristo. Hace poco un auto me cortó el camino de manera peligrosa y por poco causa un accidente. Cuando sucedió lo primero que noté fue el pescado de Jesús (IXOYE) en la parte de atrás. Me pregunto qué tipo de cristianismo predica esa persona en su vida diaria, si conduce sin temor a Dios o a las personas.

Quizás ustedes conocen también personas que hablan muy bonito de Dios en persona pero sus redes sociales cuentan una historia completamente diferente. En realidad, si soy honesto, yo fallo en esto continuamente. Algo me causa gracia y lo publico, pero luego de algún tiempo considero que quizás a Jesús no le habría agradado eso. Es una lucha constante, reconozco que soy débil y fallo en esto. A veces tomamos nuestra naturaleza pecaminosa como excusa y justificamos nuestro pecado. Qué peligrosa es la hipocresía. Pablo acuso a los Corintios de gloriarse en el pecado. ¿Cómo reaccionaría Pablo al ver lo que publicamos y las cosas de las que nos reímos?

Nuestro humor, nuestros memes, nuestro trato con amistades, todo debe reflejar claramente a Cristo. Como la luna refleja al sol y deslumbra en la oscuridad más fiera. Cualquier cosa que no es Cristo en nuestra vida opaca Su reflejo y no es digno de un cristiano.

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.

Filipenses 4:8

De la abundancia de nuestro corazón hablan nuestras redes sociales. Ese es nuestro testimonio de Cristo al mundo. Tengamos cuidado de no destruir la imagen de Cristo.

¿Qué puedo hacer?

Toda la vida lucharemos con la hipocresía en nuestra vida. Es la naturaleza del cristiano porque somos de una manera (pecadores) y aspiramos ser de otra (santos). Pablo dice en Filipenses “yo no pretendo haberlo ya alcanzado”. No debemos pretender ser lo que no somos. Pero, aunque todos somos hipócritas, aspiramos a algo mejor. Ponemos nuestros ojos en Cristo y proseguimos hacia la meta.

No somos llamados a ser perfectos, pero somos llamados a ser cada día más como Cristo. Si alguien dice o parece ser perfecto, ten por seguro que no lo es. No es más que falsedad lo que aparenta en su vida. Seamos honestos sobre nuestras fallas y no esperemos perfección de una humanidad caída. Más bien animémonos unos a otros a ser más como Cristo, entendiendo que, así como mi herman@ falla yo también fallo, y más. Saquemos la viga de nuestro ojo antes de criticar la mota en el ojo de los demás.

El problema de la hipocresía es en sí un problema de enfoque y falta de humildad. Cuando estamos ensimismados en nuestra vida, fallamos. Tratamos de vivir por nuestras propias fuerzas, mostramos lo que hay en nuestro interior, hacemos nuestro mejor esfuerzo, pero nunca es suficiente. No podemos decir que somos seguidores de Cristo si realmente nos seguimos a nosotros mismos primero y a Jesús después. Cristo debe ser nuestra meta. Jesús es nuestro objetivo. Si nuestros ojos están puestos en Él, nos acercamos más a su perfección y lo logramos con sus fuerzas. Lo que reflejamos es Cristo porque es quien ilumina nuestro rostro. Pero si vivimos solo en nuestras capacidades, lo que reflejamos es nuestras propias fallas y pecaminosidad. Todo se vuelve una máscara de hipocresía.

Pon los ojos en Cristo y prosigue hacia la meta. Admitamos que somos pecadores, pero que aun así buscamos ser mejores. No es hipocresía admitir que somos pecadores aunque seguimos a Cristo. Hipocresía es pretender ser perfectos cuando la Biblia claramente dice que no lo somos. No seamos hipócritas. Seamos reales. Seamos cristianos.

 

ESCRITO POR: Bryan Rubio

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3 junio, 2021

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