La frustración es parte de la vida y puede llegar en cualquier momento, a veces por situaciones que están fuera de nuestro control y otras porque, simplemente, las cosas no salen como nosotros queremos. Desafortunadamente vamos a tener que aprender a lidiar con ella y queremos compartirte algunos puntos que pueden ayudarte a manejarla.
- Tus errores no te definen
Nuestro corazón es invaluable, Jesús fue el único que con su vida y muerte pudo pagar todo lo que éramos. Cuando él murió por ti quitó todos los pecados de los que se te acusaba; ahora eres libre. No dejes que nadie quiera valorarte por tus errores.
- No puedes controlarlo todo
Hemos aprendido que podemos lidiar con todo, y que mientras más control haya, las cosas saldrán mejor. Pero hemos visto ya muchos ejemplos en la Biblia que el único que realmente tiene el control de todo es Dios; él tiene la capacidad de entender el funcionamiento de todo. Qué tal si sueltas todo y dejas que él lo dirija.
- Permite que te ayuden
Mira a tu alrededor y busca personas que puedan darte la mano en los momentos malos. Puede ser tu líder, un amigo, tu familia, un pastor o un psicólogo. Recuerda que Dios nos habla también a través de otras personas.
- Recuerda quién eres
Dios ha puesto habilidades y características increíbles en ti; la frustración a veces tiene la capacidad de hacerte olvidar todo lo que eres, pero Dios, a través de su palabra te recuerda que eres amado y valorado.
- En medio de lo que sientes Dios está contigo
No importa lo que puedas sentir ahora, Dios está de tu lado y te extiende su mano para que puedas volver a levantarte. Escucha lo que Dios dice, y si no lo logras recuerda: él está contigo.
No estás mal por sentir lo que sientes, a todos nos ha pasado. Pero queremos que sepas que a Dios le interesa y que es parte de formar tu carácter, de aprender algo nuevo y sobretodo una oportunidad para recordar que Dios es Dios aun sobre nuestras emociones.