Quiero comenzar a conversar contigo con esta pregunta que me desafía cada vez que estoy de mal genio… ¿una mamá, se puede enojar?

Apenas respondo esta pregunta, viene otra ¿una buena mamá, se debe enojar? Y aquí es donde me detengo a pensar, a analizar mi forma de reaccionar y las consecuencias que trae la ira o el enojo en la tarea de ser mamá.

No tengo una respuesta final, pero estoy segura que una mamá si se puede enojar y una buena mamá… también se puede enojar, ya que nos permite corregir a nuestros hijos en la manera como queremos que ellos crezcan y que vayan moldeando su carácter y su personalidad.

Lo importante es que tengamos un equilibrio para corregir a nuestros hijos, sin que eso nos lleve a un extremo que puede ser perjudicial en la familia. Te comparto algunas cosas negativas que la ira y el enojo traen a nuestra vida:

 

  • Vergüenza: Porque nuestro comportamiento puede dañar tu testimonio.

 

  • Remordimiento: Luego nos arrepentimos de las acciones que acarrea la ira

 

  • Afecta nuestra salud: No tenemos ganas de comer, produce dolor de estómago y no puedes

 

  • Daña nuestras emociones: estamos muy vulnerables ante cualquier situación que se pueda presentar y nos resentimos por todo.

 

  • Lastima a nuestros hijos: Podemos exaltarnos demasiado sin medir las consecuencias de nuestras palabras y acciones.

 

  • Perjudica la relación con nuestro esposo: respondemos de mala manera ante cualquier situación.

 

  • Nos aleja de Dios: La ira es un pecado, no debe ser un estado en el que vivamos a diario.

 

Formar amistades con otras madres que pasan por las mismas situaciones, es de gran apoyo porque podemos aconsejarnos mutuamente, pero, sobre todo, es indispensable que podamos tener un tiempo de oración con el Señor porque nos ayuda a ser más tolerante, más pacientes y a nutrirnos de Su Palabra, quien no falla en los momentos que más necesitamos. Te comparto una porción de la biblia que te desafiará a manejar la ira y el enojo “Mejor es vivir en una tierra desierta que con una mujer rencillosa e iracunda” Proverbios 21:19 Haz de tu casa, un hogar, el lugar donde tu esposo y tus hijos anhelen estar siempre.