¡Qué difícil es cambiar de dirección! Habías establecido la ruta, los lugares que visitarías, el tiempo que te tomaría, las provisiones para tu viaje, sincronizaste los mapas y recorridos en tu teléfono inteligente, calibraste el GPS, imprimiste un mapa en caso de que tus dispositivos se queden sin batería, y de repente… cambio de dirección.
Me pasó hace diez años, y cambió toda mi vida.
Mis papás me habían comprado un sintetizador cuando era niño. Mi papá me enseñó las notas musicales y aunque solo sabía eso, disfrutaba pasar tardes tocando y jugando en el sintetizador. A los 9 años empecé a tomar clases de música y me iba muy bien. Tenía aptitud.
Desde aquel momento mi respuesta ante la pregunta ¿qué quieres ser de grande, qué vas a estudiar, era “Voy a estudiar música”, “Me voy a dedicar a la música”. No tuve otro sueño que me llenara tanto como el de dedicarle mi vida a la música.
En la adolescencia me preparé aprendiendo más instrumentos y más teoría musical, aunque de manera empírica. Hasta que un día llegué a los 18 años y apliqué para una beca en música otorgada pór una de las universidades más caras de mi país. Aún con la beca, no podíamos cubrir los costos que implicaba mi sueño.
Lloré, me enojé, me resentí con Dios. Recuerdo que un día le dije ¿Para qué me diste el talento si no me ibas a dar los recursos para perfeccionarlo? Creí que Dios se había burlado de mi.
Me tomó años entender que Dios cambió la dirección de mi vida porque probablemente ese camino me llevaría muy lejos del destino al que debía llegar. Renuncié al sueño de ser músico, porque era más fuerte el sueño que mi deseo de que Dios hiciera su voluntad en mi vida. Empecé a estudiar otra carrera que alguna vez me interesó: Diseño Gráfico. Por haberme capacitado en eso tuve la oportunidad de ser parte de Radio HCJB, además de trabajar con mucha gente talentosa que contribuyó a mi crecimiento y me ayudó a cambiar la dirección de mi vida, que obviamente Dios había trazado antes.
Han pasado diez años, y puedo decir que Dios echó a perder mis planes, pero mantuvo su plan en mi vida. Ahora estoy feliz en donde estoy, hace años pude volver a hacer música pero ahora no es mi destino el que controla mi vida, sino Dios y su perfecta voluntad.
Jimmy Sarango www.jimmysarango.com