Deja que fluya (Día 2)

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Camila Martini

Deja que fluya (Día 2)

¿Sabías que el río Merced, en California, alguna vez fue uno de los más caudalosos del valle? Su agua bajaba desde las montañas y daba vida a todo lo que tocaba. Pero con los años, por la sequía y el mal uso del agua, dejó de fluir. 

Los peces murieron, la tierra se agrietó y el valle se volvió un lugar seco. Todo porque el agua dejó de moverse. 

Algo parecido pasa cuando en nuestra vida dejamos de dar. 

Dios diseñó todo para que fluya: en el matrimonio damos amor, en una discusión podemos dar perdón, en la crianza damos tiempo, ante la necesidad, recursos. 

Pero cuando todo se queda guardado, el alma empieza a secarse. La Biblia lo dice de forma poética en Eclesiastés 11:1 “Echa tu pan sobre las aguas, y después de muchos día lo volverás a encontrar” 

Dar no es perder, es permitir que algo nuevo crezca. A veces parece que algo se va de nosotros, pero también algo viene de regreso. 

Dios no nos pide que retengamos, nos invita a confiar. Así que hoy, no nos estanquemos. Dejemos que fluya. Que el amor y la generosidad sigan corriendo a través de nosotros. 

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Deja que fluya (Día 2)

28 octubre, 2025

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