Mateo 5:16 — «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres…»
Tu capacidad para hacer amigos puede ser la herramienta que Dios use para salvar a una persona, transformar un barrio o impactar a toda una nación.
Comprender esto cambiará nuestra forma de ver las amistades. Nos sacará del enfoque egoísta de pensar que la amistad debe darnos algo y nos ayudará a romper con prejuicios que podemos tener.
Rosaria Butterfield, en su libro El evangelio viene con la llave de la casa, cuenta cómo dos personas mayores y humildes, fueron las que Dios usó para llevarla a conocer a Jesús. No tuvieron prejuicios. Rosaria era una activista de la ideología de género y se identificaba como lesbiana, pero nada fue razón para que ellos le cerraran la puerta. La invitaron a cenar y le compartieron de Jesús. Esa amistad prosperó y un día, Rosaria conoció a Cristo.
Hay una urgencia en ser amigos de los que no comparten nuestra fe para mostrarles al único amigo que puede transformar sus vidas.
¿Eres amigo de otros para poder mostrarles a Jesús? Recuerda que Dios nunca da un mandamiento sin darnos la gracia para cumplirlo.