Desafiando lo imposible
«Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz.» Lucas 8:48
Una vez al mes, las mujeres atravesamos un proceso en nuestros cuerpos necesario, pero no precisamente agradable. Ahora, imagina vivir esto todos los días de tu vida durante doce años.
La Biblia nos cuenta la historia de una mujer que padecía un flujo de sangre que azotaba su vida. No solo estaba enferma y debilitada, sino que había gastado todos sus recursos en médicos sin encontrar solución. Para los religiosos, era considerada impura y no podía acercarse al templo para adorar a Dios. Su condición era crítica, y su corazón estaba al borde de la rendición.
Pero en medio de su dolor, ella había escuchado sobre Jesús. Sabía que tenía poder y que era real. Con sus últimas fuerzas, se abrió paso entre la multitud y tocó su túnica. En ese instante, su cuerpo fue completamente sanado. Jesús detuvo su camino, la miró fijamente y le dio valor, haciéndole saber que la conocía.
¿Qué estás enfrentando hoy que parece no tener solución? no permitas que el cansancio o el miedo te detengan. Sigue avanzando y sigue creyendo, recuerda que un solo toque de su presencia puede cambiarlo todo.