Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza. Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?
Salmos 56: 3-4
El concepto de ser una persona “sin miedo” es fascinante. ¿Quiénes son los superhéroes en su vida? Muchos superhéroes y otros personajes ficticios pueden ser reconocidos como «intrépidos”, incluso a algunos podemos admirarlos. Pero en realidad sus vidas son ficticias y las nuestras no lo son. Entonces, ¿qué significa no tener miedo en nuestra vida? ¿Significa realmente no tener miedo de nada?
Miremos a algunas de las personas más “valientes” en las Escrituras; David, cuando luchó contra Goliat (1 Samuel 17), Daniel en el foso de los leones (Daniel 6), Sadrac, Mesac y Abednego al dirigirse al horno (Daniel 3), Jesús cuando estuvo a punto de ser crucificado (Mateo 23:36-46). ¡Lo que debemos entender, es que esto no significó que ellos no hayan sentido el temor de estar en estas situaciones, sino que, sabían que no las enfrentaban solos, pues Dios estaba con ellos! Las circunstancias de nuestras vidas pueden ocasionarnos miedo, incertidumbre, pero Dios nos brinda libertad y confianza al recordarnos que está con nosotros. No es casualidad que las palabras “No temas” sean dichas por Dios 365 veces en la Biblia (una vez por cada día del año), y muchas veces acompañadas de “¡porque yo estoy contigo!”.
El miedo es una emoción natural y una experiencia que enfrentamos como humanos. La falta de miedo sería una falta a nuestra humanidad. Dios entiende nuestro miedo y no nos avergüenza, ni nos condena por tenerlo. Entonces Dios nos pide que tengamos fe en Él. Lo opuesto al miedo no es la fuerza, ni el coraje, sino la fe.
Nuestros héroes bíblicos más “intrépidos” tuvieron que confiar en Dios para realizar las hazañas por las que los conocemos, esto significa para nosotros que la ausencia de temor no proviene de la fuerza o la valentía del hombre o de la mujer, sino, de la fe en el perfecto amor de Dios, que echa fuera el temor (1 Juan 4:18). Así que emprenda el esfuerzo de la fe y sepa que, en nuestros miedos, Dios está con nosotros.
Dios entiende nuestros miedos
Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza. Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?
Salmos 56: 3-4
El concepto de ser una persona “sin miedo” es fascinante. ¿Quiénes son los superhéroes en su vida? Muchos superhéroes y otros personajes ficticios pueden ser reconocidos como «intrépidos”, incluso a algunos podemos admirarlos. Pero en realidad sus vidas son ficticias y las nuestras no lo son. Entonces, ¿qué significa no tener miedo en nuestra vida? ¿Significa realmente no tener miedo de nada?
Miremos a algunas de las personas más “valientes” en las Escrituras; David, cuando luchó contra Goliat (1 Samuel 17), Daniel en el foso de los leones (Daniel 6), Sadrac, Mesac y Abednego al dirigirse al horno (Daniel 3), Jesús cuando estuvo a punto de ser crucificado (Mateo 23:36-46). ¡Lo que debemos entender, es que esto no significó que ellos no hayan sentido el temor de estar en estas situaciones, sino que, sabían que no las enfrentaban solos, pues Dios estaba con ellos! Las circunstancias de nuestras vidas pueden ocasionarnos miedo, incertidumbre, pero Dios nos brinda libertad y confianza al recordarnos que está con nosotros. No es casualidad que las palabras “No temas” sean dichas por Dios 365 veces en la Biblia (una vez por cada día del año), y muchas veces acompañadas de “¡porque yo estoy contigo!”.
El miedo es una emoción natural y una experiencia que enfrentamos como humanos. La falta de miedo sería una falta a nuestra humanidad. Dios entiende nuestro miedo y no nos avergüenza, ni nos condena por tenerlo. Entonces Dios nos pide que tengamos fe en Él. Lo opuesto al miedo no es la fuerza, ni el coraje, sino la fe.
Nuestros héroes bíblicos más “intrépidos” tuvieron que confiar en Dios para realizar las hazañas por las que los conocemos, esto significa para nosotros que la ausencia de temor no proviene de la fuerza o la valentía del hombre o de la mujer, sino, de la fe en el perfecto amor de Dios, que echa fuera el temor (1 Juan 4:18). Así que emprenda el esfuerzo de la fe y sepa que, en nuestros miedos, Dios está con nosotros.