Devocional de 10 días…Venciendo el afán y la ansiedad

Hay una verdad en la lucha con el afán que permanece firme como un ancla: Dios es soberano

Confiar en la soberanía de Dios no significa simplemente aceptar que Él hace lo que quiere. Va mucho más allá. Confiar en su soberanía va de la mano con conocer su carácter. Porque es imposible descansar en alguien a quien no conocemos.

La soberanía de Dios es saber que nada ocurre por casualidad. Todo lo que pasa en mi vida tiene un propósito.  Recordar que Dios es un Dios de amor nos asegura que todo lo que permite en nuestra historia está envuelto en amor. Saber que Él es santo nos da la certeza de que, aunque en este mundo ocurran cosas injustas y difíciles, Dios jamás actuará de manera injusta ni nos dejará solos en medio de ellas.. Y entender que Dios es sabio nos recuerda que cada decisión que toma a nuestro favor es perfecta, aunque a veces choque con nuestros propios planes.

Reconocer su soberanía no debería llenarnos de temor, sino de descanso.

Dios ha estado, está y siempre estará en control.
 Y esa… es nuestra mayor fuente de paz.