El milagro de dar (Día 9)

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Camila Martini

El milagro de dar (Día 9)

La viuda de Sarepta tenía solo un puñado de harina y un poco de aceite, era todo lo que le quedaba para preparar su última comida. 

Pero justo ahí, en ese momento de escasez, Dios la visitó a través del profeta Elías. Él le pidió que hiciera pan para él primero, y aunque parecía absurdo, ella obedeció. 

Y el milagro comenzó en ese instante. Dice la Biblia que “la tinaja de harina no escaseó ni la vasija de aceite se agotó.” El milagro no nació del tener mucho, sino del atreverse a entregar lo poco. 

Dios no necesitaba su pan, pero sí quería su fe, porque cada vez que damos, no movemos solo nuestras manos, movemos el cielo. 

Tal vez hoy sintamos que no tenemos mucho para ofrecer, pero en las manos de Dios, lo poco se vuelve suficiente. Dar siempre abre espacio para el milagro. 

Y a veces, lo que parece que nos vacía… es justo lo que Dios usa para llenarnos de nuevo. Así que no esperemos a tener más, empecemos con lo que tenemos, porque cuando damos, el milagro comienza. 

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El milagro de dar (Día 9)

10 noviembre, 2025

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