Aunque vivamos en el mismo mundo, nuestra percepción de él no es la misma para todos.
Mientras yo puedo caminar entre aves sin problemas, otras personas no toleran mirar a gallos o palomas. Algunos pueden subir a un décimo piso y mirar abajo y otros no podemos siquiera imaginarlo sin sentir vértigo.
Mi realidad no es la realidad de todos
A veces reaccionamos con enojo porque otros no comprenden lo que es evidente para nosotros. «¿Qué, no te das cuenta?» sin entender que ellos no ven lo que nosotros vemos, o viceversa. Podemos ser hirientes al pensar que todos perciben el mundo tal cual lo hacemos nosotros.
Que tú te hayas recuperado antes, que tú hayas llegado más lejos, que tú hayas alcanzado otras metas, no significa que todos lo harán, que a todos les funcionará tu proceso. Cada uno viene de un contexto diferente, crianza diferente.
Solo para ampliar esto, te diré diferencias que existen entre cada uno de nosotros:
- Manera de administrar el dinero
- Uso del tiempo
- Rutinas de alimentación y tipos de comida
- Percepción sobre la política y sus corrientes
- Percepción sobre la iglesia
- Hora de dormir, hora de despertar
El peligro que corremos al no mirar otra realidad es pensar que solo nosotros estamos en lo correcto. Hay personas que dicen «el pobre es pobre porque quiere» o «el esfuerzo te llevará a mejorar tu condición» hasta que te encuentras con un reciclador de papel y descubres que por más horas de de esfuerzo que dedique, su trabajo no es bien remunerado.
A veces miramos a las mamás solteras y pensamos mal de ellas, sin saber por lo que pasaron. Miramos a los divorciados, a las familias sin hijos y las criticamos. No caben dentro de nuestro pequeño mundo, y por eso debemos conocer el de ellos.
Como he dicho un par de veces: no porque lo pienses quiere decir que sea así.
Todos miramos la vida desde donde estamos, que también es resultado del camino por el que pasamos. Cuando quieras decir nuevamente a alguien «¿no es obvio para ti?» mejor pregúntale qué es lo que ve. Es algo que encuentras en Jesús, alguien que habla desde la realidad de otros, no desde la suya únicamente, que le habla de higos al que conoce el higo y de peces al que ha trabajado en el mar.
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