A todos nos gusta que nos escuchen.

Nos gusta sentarnos y contar lo que nos pasa, lo que vivimos, nuestras frustraciones y pensamientos. Es bonito ser escuchado, sin dejar de lado que es necesario aprender a expresarnos.

Presentaré errores frecuentes y sugerencias para cada uno.

Responsabilizar a otros de nuestras emociones: «Me haces morir de las iras», «tú tienes la culpa de que yo me sienta así» son frases que utilizamos y no describen lo que sentimos. Si tú te enojas, es una emoción que sucede en ti. Si te alegras, de la misma manera. Al decir «tú» estás generalizando.

Sugerencia: En lugar de decir «tú me haces enojar» puedes decir «Lo que dijiste me hizo sentir así…».


No identificar nuestras emociones: Estamos cansados y decimos estar enojados. Tenemos sueño y decimos estar frustrados. Es responsabilidad de cada persona identificar qué es lo que sientes. Es un proceso, no es tan sencillo, pero es clave para que la otra persona entienda lo que le decimos.

Sugerencia: Preguntarnos ¿qué es lo que siento?, ¿desde cuándo estoy así?, ¿he estado así todo el día o qué sucedió para sentirme como me siento?


Contar historias incompletas: Es un error frecuente contar lo que nos conviene, y eso hace que la persona que nos escucha tome partido sin tener información suficiente.

Sugerencia: Por más que nos duela, aprendamos a ser sinceros sobre todo lo que queremos contar. Obviamente es necesaria la prudencia, porque no todos necesitan saber todo, pero aprendamos a sincerarnos con la persona que hemos elegido para conversar.

 

Escrito por: Jimmy Sarango

Página web: www.jimmysarango.com