Somos lo que comemos, es cierto. Si una alimentación equilibrada es esencial para tener una buena salud general, no esperemos menores resultados para la salud bucodental.
Una de las consecuencias más desconocidas de una mala alimentación es la posibilidad de sufrir periodontitis, una inflamación de las encías frecuente y sangrado de las mismas que puede causar la destrucción de la masa ósea que sustenta las piezas dentales y, por ende, de provocar la pérdida de los dientes.
Un elemento clave dentro de la investigación sería receptar vitamina D (VDR). Esta vitamina puede ser adquirida con una buena exposición solar o a su vez consumiendo ciertos alimentos como son:
- leche
- cereales
- pescados grasos (caballa, salmón, atún, sardinas)
- hígado vacuno,
- yema de huevo
- queso.
Alimentos con altos niveles de vitamina B2, también son necesarios en la alimentación para asegurar una mejor salud dental. Esta vitamina se encuentra en la leche, queso, huevos, hígado, legumbres, vegetales verdes y levadura de cerveza.
Su déficit produce glositis (inflamaciones de la lengua), estomatitis angular (fisuras o grietas en la piel que se irradian desde los ángulos de la boca y a veces hasta la mucosa bucal) y queilosis de los labios (fisuras dolorosas en los labios superior e inferior).