En mi casa (y me imagino que en tu casa también) los niños pelean entre sí – ¡y con frecuencia! Aunque prefería que no fuera así, quiero tener siempre en mente que esto es una parte normal de su desarrollo emocional y social, y que tengo un rol que jugar en el mismo. Fomentar el amor entre hermanos es mi meta, pero no lo voy a lograr si sólo les estoy castigando a cada rato. Más bien, es mucho más útil entrenarles a navegar conflictos de manera positiva y enseñarles a apreciarse los unos a los otros.
¿Cómo nuestros hijos van a aprender a resolver conflictos entre ellos? Primero, nos están viendo a nosotros como sus modelos principales. Si nuestros hijos nos ven intentando resolver sus conflictos a gritos y con enojo, también se van a molestar y reflejar nuestro estrés y ira en su comportamiento. Por lo tanto, cuando enfrentas conflictos entre tus hijos (que no sean de emergencia – y pocos lo son), haz todo lo posible para detenerte, respirar, y obtener perspectiva, antes de “estallar.”
Estas “pausas de paz” te compran tiempo para calmar la respuesta de “lucha o huida” del sistema nervioso, porque no podemos aprender ni crecer si ese sistema está activado. Segundo, te da tiempo para mostrar a los niños como Dios está presente para ayudar en cualquier momento, al orar algo así en voz alto “Dios, dame sabiduría y compasión. Ayúdame a perdonar y dejar ir mi ira. Dame tu guía para tratar esta situación.”
Ahora estás lista para guiarles a tus hijos en la resolución de su conflicto (y ya has modelado como empezar el proceso). Puedes empezar reconociendo el conflicto y dando oportunidad para una pausa de paz, diciendo “Suena muy tenso aquí. ¿Alguien necesita tomar una pausa para calmarse antes de resolver esto?” Cuando los ánimos están enfriados, pueden seguir adelante.
Muchas veces, los conflictos se generan a base de insultos. Estudios muestran que necesitan cuatro declaraciones positivas para deshacer una declaración negativa. Por lo tanto, puedes implementar una pauta de “cuatro cosas amables y verdaderas” como consecuencia para cada vez que tu hijo diga algo desagradable o falso acerca de su hermano. Los privilegios no estarán reanudados hasta que el niño puede decir de manera sincera cuatro cosas amables y verdaderas a su hermano para reafirmar su relación y declarar su apreciación.
La idea es ayudar el niño a centrarse en lo positivo de su relación con su hermano y recordar todas las memorias buenas que comparten. Esta práctica establece un tono de reconciliación en su hogar, siguiendo Efesios 4:15 que dice “En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo…”
Beth Saavedra
Iglesia La Viña Quito