¿El hígado graso se puede recuperar con una alimentación sana?

Sí puede recuperarse, pero deben eliminarse algunos alimentos porque producen malestares o complican aún más la condición de este.

Menú para personas con Hígado Graso

Desayuno:

Batido de leche descremada con guineo

Tostada con huevo revuelto

Media mañana:

1 porción de papaya picada con 1/4 de taza de coco rallado y 2 cucharadas de yogurt natural

Almuerzo:

Ensalada de col morada con zanahoria y alverjita en salsa de cebolla

Arroz integral,

1 porción de atún en agua

Media Tarde:

2 kiwis

Merienda:

Papa cocinada con perejil, ajo y aceite de oliva o girasol

Ensalada de aguacate con salsa de cebolla perla, tomate y culantro

Pollo asado.

 

Toronja

Este popular cítrico no solo es bueno para bajar de peso, sino que también apoya el alivio de la esteatosis hepática. Su bajo nivel de glucosa la convierte en un complemento recomendado para tratar problemas de diabetes, según afirma la siguiente investigación realizada por el Dr. Davis en The Hormone Foundation.

Un compuesto de la toronja conocido como la naringenina podría ser la responsable de facilitar la oxidación de compuestos grasos. El zumo de toronja 100 % natural es la mejor manera de disfrutar de todas sus propiedades.

Rábanos

Bajos en calorías, los rábanos tienen una acción antiinflamatoria y depurativa que contribuye a la mejoría en pacientes con diabetes, tal y como afirma esta investigación realizada por la Universidad Jordana de Ciencia y Tecnología.

Su consumo frecuente podría ayudar con la mejoría del hígado graso, pues disminuiría la grasa corporal, e impediría que se siguiera acumulando en este órgano. Los rábanos se suelen incluir crudos en ensaladas y batidos.

Algunos remedios naturales podrían complementarse con el tratamiento médico, siempre y cuando el profesional así lo autorice. Sin embargo, no sirven para tratar o curar la enfermedad como tal.

Remolacha

Esta hortaliza tiene una acción depurativa que facilita la eliminación de grasa y otras sustancias de desecho que se acumulan cuando el hígado no trabaja en óptimas condiciones. Así lo afirma esta investigación realizada por la Universidad de Benin.

Su consumo crudo en zumo natural o en batidos es la mejor alternativa para introducirlo en la dieta. No obstante, se puede hervir en un poco de agua para preparar ensaladas y otras recetas.