Escucho a muchos papás decir que los jóvenes ya no son como antes y es cierto, a la vez que es verdad que los papás ya no son como antes.
Es verdad, los hijos ya no son como antes y tampoco los padres son como antes. Antes papá y mamá estaban más preocupados de la familia.
Muchas cosas han cambiado en las últimas décadas. Pasamos de un modelo de comunicación unilateral a uno en dos vías, donde toda la familia quiere aportar, todos quieren construir, no solo papá desde su trono.
Antes papá se iba a trabajar y mamá se quedaba con los hijos. Ahora la crianza ha sido encargada a profesores, a Youtube, a Netflix. Queremos que los niños estén entretenidos, que no molesten mucho.
Antes había necesidad y aprendíamos a vivir con lo que había. Ahora en nombre de «para que tú no pases lo que yo pasé» les compramos lo que quieren sin darnos cuenta que lo que necesitan son padres activamente involucrados en su crecimiento.
Que las cosas cambien es inevitable, el desafío es adaptarnos y acompañarnos.