Se supone que los papás preparan a sus hijos para ser responsables de sus vidas, de sus decisiones y cuando llega el momento de que empiecen a volar les dicen que no lo hagan.
Hay hijos que no quieren volar ni salir, pero ese es otro tema. Hoy me enfocaré en papá y mamá.
Papá y mamá se esfuerzan para que sus hijos tengan la mejor educación, para que tengan más oportunidades en la vida. Algunos tienen presupuesto y costean cursos de idiomas, de baile, de canto, de música, otros de cerámica y pagan por preparación para los exámenes universitarios. Los hijos empiezan a tomar decisiones y la familia se asusta porque quieren salir del nido.
Mamás que le dicen al hijo «para qué vas a arrendar, mejor quédate aquí y ese dinero ahorras para que viajes». Papás que le dicen a su hija «no estudies eso, esa no es una carrera para mujeres».Quieren que sigan con el negocio familiar, que no vayan más lejos de lo que los papás quisiera que lleguen, casi y preferirían que envejezcan en el nido y si se casan que traigan a su pareja e hijos también.
Hay papás que dicen «Es que el mundo ya no es como antes, ahora es más peligroso, mejor que se quede aquí» y así discapacitamos a nuestros hijos, impidiéndoles un sano desarrollo al conseguir sus triunfos y aprender a lidiar con sus derrotas.
Papá, tu hija tiene sueños y metas. Sé que quieres lo mejor para ella, así como tu padre quería lo mejor para ti, pero salir del nido implica caerse, golpearse y aprender a volar, así como tú lo hiciste.
Mamá, tu hijo tiene que conocer el mundo por sí mismo. No puedes llevarle de la mano al trabajo y hablar con su jefe para que le den más tiempo de almuerzo. No puedes elegir su novia, o no deberías. Si lo educaste adecuadamente, debes permitirle volar.
Si tus hijos no salen del nido, no aprenderán a volar. Si ellos no quieren salir, así como la naturaleza nos enseña, quizá debas empujar. Sea en casa o lejos de ella, es Dios quien cuidará de tu familia