Hay muchas personas que ven el trabajo como una carga, un peso, algo que estamos obligados a hacer, o incluso como maldición; pero no es así.

Aunque el trabajo no siempre puede ser completamente agradable es algo que Dios nos ha dado para poder demostrar lo útiles que podemos ser y para compartir en uno de sus atributos divinos.

1- El trabajo es atributo de Dios

Nuestro Dios, no es un dios pasivo ni perezoso.

Cuando piensas en Dios y la creación, ¿lo piensas como una obra de trabajo? Muchas veces creemos que por la omnipotencia de Dios, Él no trabaja sino que simplemente las cosas «suceden». Pero en Génesis vemos que fue por obra de Dios que todo llegó a existir. Es Dios creador, y la creación surge por el trabajo de DIos, sea por palabra o por obra de sus manos. Vemos que hay un diseño lógico y progresivo en la creación, desde lo general hacia lo específico. Incluso de manera personal vemos un involucramiento directo de Dios al crear a la humanidad, tomando polvo de la tierra, formándolo, soplando vida y luego formando de una costilla a la mujer.

Dios se demuestra como Dios creador y Dios Creativo, atributos que podemos compartir con El al ser hechos a su imagen. Es por esto que al trabajar, al crear al diseñar, al construir, al idear estamos demostrando atributos divinos que compartimos con nuestro Creador.

Y si ni siquiera Dios está por encima de trabajar, nosotros tampoco.

2- El trabajo es regalo de Dios

En el mismo libro de la Biblia que habla de la creación (Génesis) vemos las primeras interacciones de Dios y las personas. Dios ordena al hombre que trabaje y labure, pero no estoy hablando de lo que sucede después de la caida en pecado, sino en el momento de la creación. Dios dice a la humanidad

Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra…

Para los que piensan que el trabajo es maldición de Dios, explíquenme cómo podrían Adan y Eva sojuzgar y ejercer dominio sobre toda criatura sin tener que trabajar. O incluso ¿cómo podrían llenar la tierra sin tener que trabajar? Era necesario que Adán y Eva expandiesen el reino de Dios que era un pequeño jardin, hasta que cubriese toda la tierra, lo cual implica trabajar y labrar la tierra. Luego vemos que Dios específicamente encomienda a Adán nombrar a los animales, otro trabajo creativo. Todo esto antes de la caída en pecado.

Si bien vemos en Genesis 3 que Dios maldice al hombre y lo condena a una vida de trabajo duro, no es porque el trabajo en sí sea malo. La condenación del hombre es que la tierra estará en su contra porque se ha apartado de Dios. Ya no es la tierra que produce leche y miel, sino que es dura, con espinos y difícil de labrar.

El trabajo no es maldición de Dios, es una de las más maravillosas bendiciones que Dios nos da para disfrutar la vida y tener sentido.

3- El trabajo trae satisfacción

¿Recuerdas la última vez que te esforzaste mucho por lograr algo?

Puede ser el terminar tu tesis, un proyecto de construcción, arreglar un vehículo, una investigación, un videojuego… cualquier cosa. Es probable que hayas atravesado momentos muy difíciles y que incluso pensaste que no lo lograrías, pero al final todo valió la pena. Incluso el solo hecho de poder tomar un paso atrás y mirar lo que finalmente lograste, es suficiente recompensa en sí.

El Rey Salomón dice en Eclesisastés 2:24

Nada hay mejor para el hombre que comer y beber y decirse que su trabajo es bueno. Esto también yo he visto que es de la mano de Dios

Este es el sentimiento de una persona que ha labrado fuertemente por largo tiempo y al final puede disfrutar y decir «lo hice bien». El trabajo provee una satisfacción profunda que otras cosas no pueden. No es lo mismo comprar algo, que hacerlo. No es lo mismo que una persona lo haga por ti. No es lo mismo pasar el juego tu solo que buscar el tutorial en internet.

El trabajo es bueno, trae su satisfacción y esto viene de la mano de Dios.