Acumulan grasa en el hígado
La fructosa del azúcar y el jarabe de maíz de los refrescos solo puede ser procesada por el hígado. Pero los estudios demuestran que el exceso de fructosa se convierte en grasa acumulada. Parte de esa grasa se convierte en triglicéridos en la sangre, mientras el resto permanece en el hígado.
Causan obesidad
Además de la grasa en el hígado, la fructosa se convierte también en grasa abdominal. Esto, según está demostrado, es una de las principales causas de diabetes y enfermedades cardiacas.
Elevan los niveles de insulina
La insulina lleva la glucosa de la sangre a las células, pero los refrescos provocan que las células se hagan insensibles a la glucosa por resistencia a la insulina. Cuando esto ocurre, el páncreas comienza a producir exceso de esta hormona.
Este fenómeno es conocido como síndrome metabólico, causante de hipertensión, exceso de grasa o triglicéridos y colesterol en sangre, entre muchos otros problemas.
Pueden causar diabetes
Un estudio realizado en 170 individuos y liderado por el Centro de Investigación Preventiva de la Universidad de Stanford, California, reveló que el consumo de refrescos una vez al día, todos los días, incrementa el riesgo de contraer diabetes tipo 2.
Aumenta el riesgo de cáncer
Otro estudio realizado en varios países con 60 mil personas determinó que quienes toman al menos dos refrescos a la semana, tienen un 87 % más de posibilidades de contraer cáncer de páncreas.
Causa problemas cardiacos
El refresco hace que los niveles de potasio del organismo desciendan a niveles mas bajos de lo normal. Esto puede ocasionar el llamado Síndrome del QT Largo, que consiste en anormalidades de los canales de potasio y sodio del corazón y provoca arritmias cardiacas.