Calzarse y salir a andar. Nada más simple que eso para estar al aire libre. No sobreexige el cuerpo y no requiere de grandes preparativos. Es una manera prácticamente óptima de estar activos afuera, y una posibilidad perfecta en estas épocas de pandemia.
Desde el punto de vista médico, caminar o pasear a paso medianamente rápido no es una mera distracción. Al contrario, es un ejercicio que sin ser muy exigente impacta de un modo positivo en la salud.
Salir regularmente a caminar refuerza el sistema inmunitario, reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y baja los niveles de glucosa en sangre, explica Tobias Erhardt, director de la carrera de fisioterapia en un instituto de salud en la ciudad alemana de Karlsruhe.
“Si practicamos además las ‘caminatas saludables’ sumamos pausas activas que hacen foco en la fuerza, el movimiento y la coordinación”, explica.
Lo ideal es caminar sobre un suelo natural, no sobre el asfalto, entre otras cosas, porque andar sobre un terreno irregular entrena la coordinación y el equilibrio. De todos modos, todo depende de las habilidades de cada uno. Si a una persona le falta algo de seguridad, mejor que comience en el asfalto y empedrado de superficie regular.
Al ser una actividad que se desarrolla permanentemente caminando, el calzado es decisivo. Lo ideal es tener unos zapatos especiales para caminatas.