3. Olvidamos sentir empatía.
A veces, existimos sólo en nuestro mundo sin pensar en otros. La oración nos desafía a sentir empatía. Es fácil orar por un amigo sin empatía y quizá esta sea la razón por la que la oración es aburrida.
Para orar, tenemos que entrar en la vida de otra persona. Tenemos que sentir sus esfuerzos.
4. Quizá para nosotros la oración es tan regular.
En mi familia, mis padres oraban después de cada comida, cuando una ambulancia pasaba, y después de dormir. Entonces, la oración se convirtió en una cosa regular.
Por esta razón, para mí es importante ser intencional cuando oro. Tengo que quedarme callado y concentrarme. Además, me gusta orar de maneras diferentes. A veces, leo un versículo y reflexiono, otras veces hago una lista de la gente alrededor de mí y oro por ellos.
¿y ahora qué?
La oración es un acto de sumisión. Por medio de ella le damos a Dios todo el control y nuestra fe, Él guiará nuestro camino. Quiero animarte. Toma un momento en silencio y ora. Cuando hablamos con Dios, Él siempre nos escucha. Filipenses 4:6-7 describe este concepto perfectamente.
6 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (NVI)