Si no hay ningún alimento, la bilis se deposita y concentra en la vesícula y luego vuelve al intestino cuando es necesario. Sin embargo, el exceso de colesterol produce diminutos cristales alrededor de los cuales se acumulan sustancias sólidas formando cálculos o piedras biliares.
REMEDIOS POPULARES
1: Hervir varias hojas de palta en una taza de agua durante 5 minutos. Retirar del fuego y tomar aún tibio tres tazas al día.
2: Hervir una alcachofa pequeña entera, previamente lavada, en medio litro de agua durante 10 minutos. Retirar del fuego y tomar a lo largo del día. Procurar que la bebida se encuentre tibia.
3: Beber una taza de infusión de menta una hora después de las dos principales comidas del día. Esta infusión es beneficiosa, ya que estimula la producción de bilis.
4: Tomar un vaso diario de partes iguales de jugo de remolacha y lechuga reduce el tamaño de los cálculos más grandes y diluyen los diminutos cristales antes de que se conviertan en cálculos biliares.
5: Dormir sobre el lado derecho acelera su expulsión (según creencias en ciertas regiones de Latinoamérica).