La mayoría  de la gente dice que dirían algo si ven que otra persona está siendo intimidad.

Hazte esta pregunta, si verías algún tipo de abuso que se está cometiendo con otra persona, ¿realmente harías algo?

En primer lugar se necesita mucho valor. ¿Quién sabe si con el afán de ser una persona más grande y fuerte, decides defender a alguien y terminas en el suelo? La gente no espera que alguien salga en su defensa, arruinaría  cualquier reputación.

Si esa es tu manera de pensar, detente ahora.

Pensar de esta manera, basado solo en ti mismo, en lo que te podría suceder si actúas, es la razón por la que muchas personas caen en situaciones peligrosas y nocivas, en ellas pueden herir a otras personas e incluso a ellos mismos.

Defender lo que es correcto no es sólo audaz y valiente es también lo que estamos llamados a hacer. Somos portectores los unos de los otros. Eso es lo que somos.

Con frecuencia creemos que tomaremos una buena decisión en una situación determinada pero acabamos haciendo lo contrario…

A pesar de que tenemos las mejores intenciones y queremos ayudar. ¿Por qué nos detenemos todo el tiempo? ¿será que las acciones realmente reflejan lo que hay en el corazón?

Recuerda que: «Permanecer callado es ser cómplice.»

Tu puedes cambiar la situación, toma acción y no inventes excusas. Tenemos la capacidad de empoderarnos los unos a los otros. Así es como la violencia y el daño psicológico empieza a terminar, cuando nos paramos y nos apoyamos. Eso hace una diferencia radical cuando le hacemos saber al débel que no está solo.

 

ESCRITO POR: Kristin Miller