Los más comunes son:
Alteraciones del sistema nervioso (estrés, ansiedad o estados de tensión)
Desequilibrios hormonales
Enfermedades cutáneas
Uso de tintes, lacas o productos capilares agresivos
Microinflamaciones de la piel
Predisposición genética
Exposición a ambientes contaminados
Aceite de oliva
Por su textura oleosa, el aceite de oliva es una gran solución para detener esa antiestética descamación que se produce por la caspa.
Este producto hidrata las raíces y ayuda a recuperar el pH normal del pelo. Asimismo, su aplicación alivia la sequedad, calma la sensibilidad y protege contra las infecciones.
¿Cómo utilizarlo?
Primeramente, calienta el aceite de oliva a una temperatura apta para su aplicación.
Luego, separa el cabello en varios mechones y aplícale el ingrediente desde las raíces hasta las puntas.
Entonces, deja que actúe 30 minutos y enjuágalo con abundante agua.
Úsalo, por lo menos, 3 veces a la semana.