La hepatitis es la inflamación e inflamación del hígado causada por distintos factores tales como problemas inmunitarios en los que los anticuerpos atacan al hígado, infecciones por virus como los de la hepatitis A, B o C, bacterias, parásitos, el consumo de bebidas alcohólicas, el uso de algunos medicamentos como el paracetamol o el hígado graso.
Remolacha
La remolacha tiene propiedades antioxidantes y regenerativas especialmente eficaces para el cuidado del hígado. Esta puede mezclarse con otras frutas o verduras para mejorar sus efectos medicinales. Una de las mejores formas de aprovechar la remolacha para el cuidado del hígado en caso de hepatitis es licuando una remolacha con jugo de limón.
Se debe ingerir inmediatamente ya que así se aprovechan mejor sus propiedades antioxidantes.
Alcachofa
La alcachofa inhibe la absorción de grasas y azúcares, lo que le puede ser de utilidad al hígado para regenerarse en especial si se sufre de hígado graso, hepatitis o cirrosis. Se debe consumir una alcachofa grande a diario, bebiendo posteriormente el agua en la que fue cocida por un lapso de dos semanas como máximo.
Cúrcuma y Jengibre
Desde tiempos ancestrales el uso de la cúrcuma para todo tipo de tratamientos hepatorrenales ha sido ampliamente extendido en la medicina ayurvédica. Esta práctica ancestral hindú defiende la utilidad de la cúrcuma para el tratamiento y cuidado de los riñones y el hígado.
La cúrcuma contiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y digestivas que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la hepatitis. Esta puede utilizarse como especia en la comida, o bien se puede preparar un a infusión con cuatro cucharaditas por litro de agua. Bébase frío, por cuatro veces al día.