Remedios caseros para reducir la fiebre Antes de conocer las opciones para reducir la fiebre, debes saber que, a pesar de que resulta molesta, es una parte fundamental de las defensas del cuerpo contra las infecciones. La mayoría de las bacterias y virus que las causan prosperan mejor en
temperaturas que rondan los 98.6° F / 37° C. Por ello, con el objetivo de afectarlas, se produce un aumento temporal en la temperatura corporal.
Cuando la temperatura corporal llega a niveles altos, un método muy común y utilizado desde hace mucho tiempo es tomar un baño de agua tibia o los llamados baños de esponja. Este método resulta de ayuda ya que estimula la producción de sudor. Solo asegúrate que el agua no esté demasiado caliente y que el baño dure entre 5 y 10 minutos.
El cuerpo necesita una gran cantidad de líquidos para combatir los episodios de fiebre, ya que las altas temperaturas que provoca pueden causar sudoración y deshidratación. Esta reposición de los líquidos se vuelve especialmente importante si hay vómitos o diarrea.
Algunas opciones para conseguirlo son: chupar un cubo de hielo o hielo con sabor, beber jugo de fruta frío, o simplemente beber agua potable. Esto se puede complementar con una dieta líquida, que contenga caldos o sopas, gelatinas e infusiones, especialmente la de sauco blanco, moringa, fresno, salvia o jengibre.
Otros de los remedios caseros más comunes en caso de fiebre, consiste en enfriar los pies. En la sabiduría popular se cree que los pies fríos ayudan a bajar la temperatura del cuerpo, además, favorecen la circulación y una mayor respuesta del sistema inmunológico. Los calcetines húmedos son uno de los métodos más recomendados para conseguirlo, simplemente hay que mojarlos con agua bien fría y colocarlos en los pies de preferencia hasta cubrir los tobillos. Luego, pon otros calcetines secos encima.
La canela es una especia muy usada en la cocina por su aroma y sabor, pero sus bondades no se limitan al ámbito gastronómico. Puede ayudarte a disminuir la fiebre debido a sus propiedades sudoríficas, es decir, a la capacidad que tiene para calentar el cuerpo y acelerar el sudor (que enfría la piel por evaporación). Para beneficiarte de esta propiedad, debes preparar una infusión de canela y beberla cada hora mientras dura la fiebre. Para ello, añade una cucharadita de canela en polvo a una taza de agua hirviendo, tapa y deja reposar durante tres minutos.