Conseguir que los pies no estén ásperos también es posible con remedios naturales. Uno de los más aconsejables es preparar un baño de limón para los pies. Es muy sencillo:
Exprime el jugo de 1 limón.
Añade el jugo mezclado con agua y un poco de azúcar en un recipiente o barreño en el que sumergirás los pies.
Sumerge los pies de forma que queden cubiertos por completo por el agua con limón.
Si lo prefieres puedes utilizar esta mezcla para masajearlos.
La miel es otro producto beneficioso para la piel de esta parte del cuerpo. En este caso, puedes aplicarla directamente o bien mezclada con agua para sumergir los pies dentro de un recipiente con esta solución.
Entre las más efectivas está la mascarilla de pepino, que se elabora licuándolo y añadiendo un poco de limón y miel. El uso es como una facial o capilar. Tienes que extenderla por los pies y dejar que actúe unos 20 minutos para retirarla, a continuación, con agua tibia.
Con la mascarilla de aguacate también consigues buenos resultados. Su preparación es igualmente muy fácil, pues solo hay que pelar el aguacate, trocearlo y mezclarlo con yogur natural hasta que tengas una pasta homogénea. Luego ya solo queda su aplicación como cualquier otra mascarilla, por el mismo tiempo que la anterior, 20 minutos.