¿Ha tenido alguna vez una venta de garaje?
Mi esposa y yo sí, y nos sorprendió lo ocurrido. Al final del día, todo lo viejo que teníamos para vender se había ido, y las cosas buenas se encontraban aún en nuestro garaje. Es difícil entender por qué la gente piensa que algunas cosas son valiosas, ¿no es cierto?
Lo mismo me sucedió cuando la agencia de noticias Reuters publicó una historia que decía que unas pinturas hechas por un joven llamado Adolfo Hitler habían sido vendidas en $143.000 dólares. Incluso los vendedores se asombraron al ver que las ofertas habían sido tan elevadas.
Yo también me asombré. Lo que sucede es que el valor de esas pinturas no está en la calidad de la técnica, sino en el deseo de muchas personas de ser dueños de algo que había sido hecho por uno de los villanos del mundo. Es muy difícil comprender por qué y cómo hace la gente para evaluar las cosas.
Esa historia me llevó a preguntarme… Adolfo Hitler es un infame dictador que sumió al mundo en una guerra que costó la vida de millones de personas. Si sus lamentables pinturas valen cientos de miles de dólares… ¿cuánto más vales tú? Piénsalo.
Jesús, el único Salvador de este mundo, pasó 33 años, su vida entera, dedicado a salvar tu alma. Ningún artista ha sufrido como Él lo hizo. Ningún artista fue menospreciado como Él lo fue. Ningún artista se ha dado al mundo como Jesús lo ha hecho.
¿Cuánto valemos nosotros? Jesús dijo más que muchos pajarillos. Mirando el pesebre, la cruz en el Calvario, y la tumba vacía, debemos decir: «Mucho, mucho más que una gran bandada de pajarillos.» Nosotros valemos la vida del Hijo de Dios.
Tú, mi amigo, eres una obra maestra que tiene valor.