Jesús, una verdad que debe ser contada
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:19-20.
Cuando Jesús resucitó, se apareció a varias personas y a la mayoría de ellas las animó a compartir las buenas nuevas de su resurrección. La verdad de la cruz no podía quedar en silencio, por eso Jesús los impulsaba a contar quién era Él.
Muchas veces nos causa temor hablar de Jesús, pero pensemos en las mujeres que fueron al sepulcro. Encontraron la tumba vacía y un ángel les dijo que Jesús había resucitado. Ellas salieron “con temor y gran gozo” a contar la noticia. El temor es natural, pero nuestro motor debe ser el gozo de saber que Jesús vive.
El evangelio es una verdad que transforma vidas y debe ser compartida en todo momento. Semana Santa nos recuerda que Jesús es el Señor de los nuevos comienzos, y hoy nos desafía a salir y anunciar esta verdad a todo el mundo. ¿Estamos cumpliendo con este llamado?