Lo ideal es que las personas con presión arterial alta consuman cuatro tomates crudos al día. Sin embargo, esto resulta monótono y no muy agradable después de un tiempo. Lo bueno es que hay formas deliciosas de introducir una importante cantidad de tomates a la dieta.
La primera forma, y quizá la más obvia, es hacer salsa de tomate y ponerla en los alimentos. El tomate va muy bien con casi todo. Puedes añadirlo a los fríjoles, a las pastas y a casi todas las preparaciones de sal. Le da un sabor maravilloso a casi todos los platillos.
Uno de los aspectos interesantes es que el tomate mantiene sus propiedades nutricionales, sin importar el tipo de preparación que se haga. Por eso puedes tomarlo en jugo, hacer una crema de tomate o comerlo en alguna ensalada.
Por su parte, el tomate de árbol casi siempre se toma en jugo. También se puede hacer una salsa para acompañar platos dulces o salados, o preparar una rica torta a base de este fruto.