El jengibre es un rizoma con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y ricas en fitoquímicos que pueden ayudar a mejorar la salud cutánea. La exfoliación de la piel promueve la renovación de las células de la capa externa de la piel eliminado las muertas. No obstante, el jengibre debe emplearse con precaución en pequeñas cantidades y combinado con otros ingredientes naturales.
Se aconseja tener cuidado en caso de pieles sensibles ya que puede resultar irritante. La mezcla que proponemos está dirigida a pieles mixtas y grasas. En caso de acné, quemaduras, cicatrices o cualquier otro problema es conveniente consultar a tu dermatólogo
Preparación:
Ingredientes: 1 cucharadita de raíz de jengibre rallado (3 g), 2 cucharadas de azúcar moreno (30 g), ⅓ taza de aceite de coco (67 g).
Preparación: en un bol ralla la raíz de jengibre, agrega las dos cucharadas de azúcar moreno y la media taza de aceite de coco (puedes sustituirlo por aceite de almendras). Mezcla todo muy bien hasta que se forme una masa homogénea. Puedes aplicar la preparación una vez a la semana, siempre evitando el contacto con los ojos y las mucosas y mediante movimientos suaves y circulares.
Sacos térmicos:
Son muy útiles para aquellas personas que llevan un estilo de vida agitado o con alta exigencia física y que, en consecuencia, sufren dolores musculares relacionados con la tensión, sobrecarga o lesiones musculares derivadas de un accidente o movimiento mal realizado.
Los saquitos térmicos pueden representar una alternativa fácil y efectiva para ayudar a disminuir la inflamación, relajar la musculatura y calmar el dolor. De esta manera, se evitará tratar el problema con cantidades excesivas de analgésicos convencionales.
Preparación:
Ingredientes: un trozo de tela de algodón resistente al calor, una aguja, hilo, tijeras, semillas (lino, maíz, arroz o garbanzos) y plantas medicinales (lavanda, manzanilla romana, canela, romero y/o azahar)
Preparación: Meter en el trozo de tela las semillas y plantas medicinales. A continuación, coser el saco con aguja e hilo y meter en el microondas o el congelador para dar la temperatura que más nos convenga (activar la circulación, acelerar su recuperación o aliviar el dolor).