Este escrito está muy lejos de ser algo motivacional, pero querido lector/a, quédate hasta el final, de seguro te va a ser de mucha ayuda.
Estoy muy convencido de que alguna vez en tu vida has escuchado la frase “Lo mejor está por venir”, esta frase es muy usada en iglesias, congresos, en diferentes lugares. El propósito de repetirla tantas veces, supongo, es brindar esperanza. Pero ¿Qué tal si lo mejor no está por venir?, ¿Qué tal si las cosas en vez de mejorar solo empeoraran?
Déjame contarte mi historia. Hace seis años atrás, tuve un accidente que me cambió la vida. Estaba jugando un partido de futbol, y alguien me golpeó, el impacto fue demasiado fuerte, me había desmayado. Tuvieron que llevarme a casa para que descansara, pensaba que no era nada grave, y que me iba a recuperar en unos días, estaba demasiado equivocado.
En cuestión de días, me encontraba en el hospital en cuidados intensivos a causa de un hematoma hepático. Fueron dos meses balanceándome entre la vida y la muerte. Recuerdo que, entre las muchas visitas que recibía, alguien me dijo “Lo mejor está por venir”, esa frase quedó vibrando en mi mente. Estaba lleno de impaciencia, y quería que “lo mejor” venga ya.
Me encantaría decirte, que de ahí en adelante las cosas mejoraron, pero no fue así. Me enfrenté a momentos que me rompieron, me ahogaron y dejaron una marca grande. Fueron cuatro meses sin salir de cama, y otros tres más, aprendiendo nuevamente a caminar, el estrés post traumático se hizo presente, y el insomnio fue una constante de mis días. Lo mejor nunca llegó, pero hice las paces con mi realidad y aprendí a seguir a pesar del dolor.
¿Cómo seguir a pesar del dolor?
- Aceptar: Es necesario aceptar la realidad en sus propios términos. Abrazar el presente puede ser muy liberador. Podemos aprender de Jeremías. Mientras otros profetizaban que iban a volver en poco tiempo del exilio. Jeremías les dijo que hagan casas y que las habiten, que planten viñedos y los disfruten (En pocas palabras, acepten su realidad y pónganse cómodos que van a pasar mucho tiempo en el exilio). Jeremías 29
- Buscar Ayuda: Cuando pasamos momentos que nos rompen, es muy útil, tener una comunidad que nos quiera, nos apoye y camine junto a nosotros. «Un amigo es siempre leal, y un hermano nace para ayudar en tiempo de necesidad» (Proverbios 17:17).
- Avanzar: Cuando el dolor y el miedo herrumbra las venas ilusorias de la vida, solo queda avanzar. Tal vez “Lo mejor” nunca llegue, pero si de algo estoy seguro, es que el Padre nunca se alejará de nosotros, caminará a nuestro lado por el valle de sombra y de muerte. «Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan» (Salmo 23:4).
- Estar atento a los buenos días: Aún en medio del valle de sombras, puede haber pequeños momentos que iluminen nuestro andar. Nos pasamos gran parte de nuestra vida buscando que lo “mejor” llegue, y puede ser que ya pasó y ni siquiera nos dimos cuenta. El predicador sabía que la grandeza se escondía en las cosas más simples. «Entonces sugiero que se diviertan, ya que en este mundo no hay nada mejor para la gente que comer, beber y disfrutar de la vida. De ese modo, tendrán algo de felicidad junto con todo el arduo trabajo que Dios les da bajo el sol» (Eclesiastés 8:15).
Para terminar, quiero contarte un poco acerca del apóstol Pablo, él aprendió a vivir en todo momento. En los tiempos buenos y en los malos.
Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13
Querido lector/a. Tal vez pueden venir tiempos mejores. Tal vez no. Te invito a aprender a lidiar con tu dolor, a aceptarlo, a moverte.